A sus 6 años, Alana Colón Cruz sorprendió a su mamá y a su papá cuando una tarde de verano les pidió de regalo un Transformer.

Sí, uno de esos seres mecánicos que se convierten en carros, camiones o helicópteros.

Una vez llegaron a la tienda la chiquilla, en lugar de escoger uno de los robots de tamaño similar al de sus otras muñecas, eligió uno de los modelos más grandes que había disponibles.

De primera intención, a su mamá Mónica Cruz y a su papá Pedro Colón les estuvo raro, pero como su niña estaba tan segura de lo que estaba pidiendo, se lo compraron.

Más adelante Alana decidió llevar su juguete a la escuela y allí llegó el verdadero choque para su madre… pero sólo fue momentáneo.

Una lista para Santa bien particular

“Todo comenzó porque ella veía los muñequitos de los Transformers por Netflix, y sus compañeritos de la escuela estaban viéndolos también y jugaban. Así que lo primero que me pidió fue a Bumblebee que es uno de los principales… Llega la Navidad y en la lista de Santa Claus decía en primer lugar Optimus Prime, y el otro Green Lock y después le seguía Aurora de La Bella Durmiente y la casita de muñecas de Barbie”, contó entre risas la madre.

La lista hacía que se sintiera algo confundida ante los gustos de su niña.

“Yo le dije: ‘ok, tú estás pidiendo una casa de muñecas y unos Transformers, ¿qué se supone que tú vas a hacer con todo eso? Y ella muy relax me dijo: ‘pues, todos ellos van a jugar en la casa y van a vivir allí también’. Y así mismo fue: Bumblebee y Aurora, en su mundo, son una pareja y están juntos dentro de la casita”, afirmó.

“Para la escuela ella quería llevarlos. A mí me chocó ver cómo estaban las Anas, las Elsas (personajes de la película Frozen)  y las princesas botás, y la mía con los muñecos feos esos. Pero por otro lado ella para los varones es la más cool porque puede hablar con ellos  y jugar con ellos como si nada,  y las otras mamás así mismo me lo han dicho”, agregó.

No debe sorprender

El caso de Alana no debería ser algo aislado en esta era en que hay múltiples esfuerzos desde muchos frentes para crear consciencia sobre los estereotipos que prevalecen en la sociedad y la necesidad de derrotarlos.

Asimismo, desde el  año pasado se han visto iniciativas en tiendas por departamento como Target y la sucursal de Toys “R” Us en Reino Unido de dejar de clasificar los juguetes como de niños o niñas.

Mientras, en las redes sociales se difunde cada vez más una imagen en la que se ofrece una “guía básica” para saber si un juguete es adecuado para cada género y se especifica que si tiene que usar los genitales no es un juguete para menores de edad y si no se necesitan, sí es apropiado para ambos. Así de simple.

Nada que temer

La sicóloga Mercedes Rodríguez indicó que es un daño pretender que en estos tiempos se continúe segregando los juguetes por razón de género porque se priva a las niñas y a los niños de unas oportunidades de desarrollo que, aunque usted no lo crea, van a tener repercusiones de importancia en su adultez.

“Lo primero que hay que hacer es dialogar y reflexionar sobre qué niño quiero criar: uno que se prive de la paternidad en el futuro, que se desentienda de sus obligaciones de alimentar, ser tierno, mecer a sus hijos. Una niña que en el día de mañana no sepa subir el bonete de un carro y ni echar la gasolina, o quiero niños y niñas que en el futuro puedan desarrollar un equipo para ser los mejores papás y mamás si escogen tener hijos, que  se puedan mirar como diferentes pero iguales en derechos”, argumentó Rodríguez.

Si un niño pide una muñeca o una niña pide un carrito por mencionar un ejemplo, sus progenitores no tienen por qué preocuparse.

Regalarle una Barbie a un niño o un avión a una niña no es lo que va a definir su identidad de género. Eso lo va a definir la persona más adelante por otras razones y no por el juguete que elija en su niñez, explicó la experta en conducta humana.

“Si le pidieran algo que tradicionalmente no se consideraba para su género, el padre, la madre o la persona que vaya a regalar lo debe tomar con naturalidad y jugar con ellos un ratito también. Poder jugar a las muñecas con los padres, ¿por qué no? ¿Qué puede pasar si un niño juega con muñecas? Pues que en el futuro será más tierno, más paciente que los niños típicos. ¿Y si le regalo unos bloques de construcción o un avión a una niña? Pues que va a aprender a ser una persona más activa y quizás más independiente. Así se puede contribuir a criar mejores seres humanos”, señaló Rodríguez.

Eso aplica a las películas a las que se exponen y los juegos de vídeo que se le compran que deben promover actitudes solidarias, de respeto y cooperación y no de violencia.

Según la sicóloga, un juguete que no se vea como tradicional  ayudará también a enseñar que las mujeres no se tienen que limitar a la casa y que los hombres no son de la calle y que  nadie es posesión de nadie. A la larga así se construye una mejor sociedad.

De lo que se debe estar pendiente es si se trata de un juguete apropiado para la edad, que no le haga daño físico, que su madurez le permita usarlo correctamente y que no sea estereotipado.

Por lo pronto, Mónica y Pedro están orgullosos de que su niña ha desarrollado la habilidad de hablar de tú a tú con sus amigos varones y la ventaja de verse de igual a ellos.

Para este Día de Reyes, Alana pidió un canasto de baloncesto. Y quién sabe, quizás allí tenemos a una futura ingeniera exitosa o a la próxima Carla Cortijo.