Miles de niñas y niños de los campamentos de verano de 332 residenciales públicos del país visitaron hoy La Fortaleza, volaron chiringas en El Morro y recorrieron el Paseo de La Princesa, así como las calles adoquinadas del Viejo San Juan.

Los pequeñines de entre 6 a 12 años de edad llegaron en autobuses escolares al casco de la zona histórica de la Capital, acompañados de líderes recreativos y trabajadores sociales, desde diversos pueblos de la Isla. Eran recibidos con juegos tradicionales y charlas históricas en el Paseo de la Princesa y desde allí, los transportaban caminando en grupos hasta La Fortaleza. 

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Después, culminaban el recorrido en el Castillo San Felipe de El Morro y el Cuartel de Ballajá, donde se les obsequiaban refrigerios y golosinas. Allí se instalaron dos salas de emergencia con camillas y equipo de primeros auxilios. 

En el trayecto que recorrían los pequeños había varios oasis para contrarrestar el sofocante calor. 

La actividad, que comenzó a las 8:00 de la mañana y culminó después del mediodía, fue organizada por la Administración de Vivienda Pública AVP), del Departamento de la Vivienda.

En el Palacio de Santa Catalina, una vez llegaban los grupos divididos por cada residencial, eran recibidos por dos vejigantes bailando al ritmo de pegajosas plenas interpretadas por el conjunto Pleneros con Sabor. Los niños entraban por el portón principal, caminaban a través del túnel y salían por la muralla hacia los predios de El Morro.

La primera dama, Wilma Pastrana, recibió los primeros grupos, pero tuvo que salir de La Fortaleza y a su regreso a eso de las 11:00 de la mañana, compartió con los últimos jovencitos que hacían el recorrido. 

“Estamos por primera vez sacando a los niños de los campamentos de los residenciales al área del Viejo San Juan como una gira con un propósito histórico. Ellos van a ir ahora pasando por todos los monumentos principales para ir conociendo un poco de la historia”, dijo Pastrana en declaraciones a la prensa.

“Esto es parte de los esfuerzos para integrar todas las comunidades”, dijo para agregar que en el Paseo de la Princesa había muestras de los juegos tradicionales. “Se brinca cuica, se juega peregrina se hace yoyo, entre otros juegos tradicionales. También se hace actividad física como parte del programa que le queremos llevar y que ellos conozcan el Viejo San Juan, que para muchos de ellos es la primera vez”. 

El administrador de Vivienda Pública, Gabriel López, dijo que esperaban una que unos 8,000 niños acudieran a la actividad, pero dijo que la concurrencia sobrepasó las expectativas de la agencia. 

“Me informan que hay casi 250 guaguas y estamos hablando de unos 10,200 niños y casi 4,000 adultos que los están acompañando”, indicó López.

El alcalde de Coamo, Juan Carlos García Padilla, se presentó con los participantes del campamento de tres de los residenciales de ese pueblo.

Los niños Joelimarie Díaz, de 10 años; y Eduardo Dávila, de 9 años; ambos del residencial Los Laureles, en San Juan, dijeron que estaban “locos” por ir a volar sus chiringas al Morro. 

“Vamos a disfrutar, no vinimos a ver quién gana y quién pierde”, exclamó Joelimarie. 

Eduardo dijo que han disfrutado “muchísimo” en el campamento.

A su paso por la Mansión Ejecutiva, los niños y niñas estampaban sus firmas con marcadores de colores en dos cartelones gigantes en los que se destacaban las preguntas: “¿Por qué soy gente buena?”, “¿Por qué soy el futuro?” y “¿Por qué soy el orgullo de mi residencial?”.

También, los ujieres les preguntaban qué querían estudiar.

“Quiero ser policía”; “Quiero ser embalsamadora”; “Quiero se enfermera”; “Las mejores jugadas de deportes son de residenciales”, leían varios de los mensajes. Uno de los niños, Steven Oquendo, quien tiene 12 años, escribió: “Cuando sea grande quiero ser médico para ayudar a los demás”.