¿Vive cerca de la costa norte de Puerto Rico? ¿Ha practicado el desalojo de su casa o trabajo en caso de tsunami? Pues sepa que si vive o trabaja en esta zona, su vida corre peligro y lo que haya practicado hasta ahora no es suficiente.

Resulta que los mapas que hasta el año pasado se estuvieron utilizando para determinar la zona de inundación costera en caso de un poderoso maremoto ya no sirven.

Nuevos y certeros mapas están disponibles desde octubre de 2012, pero muy pocos conocen que en caso de un poderoso terremoto mar afuera el agua llegaría hasta sus residencias.

 

El cambio más drástico, y se podría decir que hasta aterrador, es en el municipio de Toa Baja. La ola hipotética de un terremoto de magnitud 8.5 en la Trinchera de Puerto Rico llegaría y pasaría la frontera del municipio con Bayamón. El expreso 22 (autopista De Diego) sería la marca final de la inundación. El barrio Sabana Seca, por su parte, estaría seguro.

También conozca que Condado, Ocean Park, parte de la avenida Baldorioty de Castro, el residencial Luis Llorens Torres y hasta el aeropuerto Luis Muñoz Marín quedarían debajo del agua.


Igual Cataño y casi el municipio completo de Loíza serían arrastrados por el agua.

“Los mapas se verificaron y hubo tres consideraciones que se evaluaron para tener mapas más certeros”, explicó el director de la Red Sísmica de Puerto Rico, Víctor Huérfano, sobre los nuevos planos.

El mapa que se había usado hasta ahora se preparó en el año 2002 y presentaba las consecuencias de la ola, en el mejor de los casos, y utilizaba datos topográficos de 1960. Además, se aplicó un modelo japonés para saber hasta dónde el mar inundaría.

“(Ahora) utilizamos un compendio de actividad sísmica más completo. Se usó una fuente sísmica especial por solicitud de FEMA, en la que se presentara el peor de todos los escenarios”, explicó Huérfano sobre la nueva imagen.

También utilizaron otro modelo numérico.

“En Puerto Rico, hay un comité asesor de tsunami que se reunió en octubre, a finales del año pasado, y determinaron que a partir del primero de este año iban a utilizar los nuevos mapas”, detalló.

Por ello, este año 2013 la Red Sísmica y el Centro de Tsunamis del Caribe tiene un intenso trabajo con el proyecto Tsunami Ready para todos los municipios que van desde Camuy hasta Río Grande.

En el municipio de Toa Baja, Tsunami Ready cuenta con las alarmas en la costa, pero las rutas de escape y los lugares de asamblea tienen que cambiar. Todos los lugares que habían sido establecidos quedan bajo agua con los nuevos estimados.

En Cataño, el director de la Oficina de Manejo de Emergencia, Jesús R. Padilla, reveló que aunque el Municipio ya tenía su plan de desalojo, ahora tiene que preparar uno nuevo para incluir urbanizaciones.

“Como esa parte no estaba contemplada en el mapa viejo, allí voy a tener que reunirme con la junta de residentes de Mansiones Norte y Sur, Valparaíso y Praderas, que son tres urbanizaciones que le competen al Municipio de Cataño para decirle cuáles serán los puntos de asambleas de ese sector”, explicó Padilla.

De allí tendrían que salir 2,500 personas hacia un punto que no está identificado, pero que tiene que ser en Bayamón.

Mientras, en Bay View y La Puntilla, 6,500 personas tendrían que llegar a la PR-5, en menos de 10 minutos y a pie.

“Basado en lo nuevo que viene ahora, volveremos a las comunidades para indicarles los nuevos peligros en nuestro municipio y las nuevas rutas de escape”, detalló.

El área de Isla Verde, incluido el aeropuerto, tendría que establecer un desalojo vertical por los edificios altos y seguros en la zona.

En Loíza, más de la mitad del municipio quedaría bajo agua, lo que obliga a sus más de 30,000 habitantes a desalojar vertical o llegar hasta el municipio de Canóvanas. En el municipio se está trabajando con el programa de Tsunami Ready, pero no está listo.