La empresa Monsanto rechazó ayer que su finca en Juana Díaz sea foco del desarrollo de las moscas que están proliferando por millares en ese pueblo desde hace un mes.

“Hemos revisado nuestras operaciones locales en la estación de Monsanto Caribe en Juana Díaz y no tenemos razón alguna para creer que cualquiera de ellas  contribuyó a la reciente infestación de moscas”, indicó  el gerente de Monsanto Caribe, Juan Santiago Cabán.

El martes, Norberto Cruz Linares, director regional del Departamento de Agricultura en Ponce, dio a conocer que ese mismo día personal de la agencia había visitado las fincas de Monsanto y de Syngenta –ambas en Juana Díaz- y confirmó allí estaban utilizando gallinaza (estiércol de ave), como fertilizante.

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Esa gallinaza podría estar atrayendo a las moscas, señaló.

Cruz anticipó que tanto Monsanto como Syngenta serían inspeccionadas para cotejar “si estaban incorporando correctamente la gallinaza”.

“Si se incorpora bien, no hay problema”, dijo.

Monsanto aseguró ayer que “nunca utiliza ni ha utilizado gallinaza” en su estación de Juana Díaz.

“No creemos que cualquier otro material utilizado haya causado, o contribuido, al problema. Monsanto nunca ha experimentado un problema de infestación de moscas en sus centros de producción de semillas en el mundo”, sostuvo Santiago Cabán

El gerente de la estación de Monsanto Caribe subrayó que su compañía cumple con los más altos estándares de calidad, seguridad y limpieza en el mundo, y que eso incluye Puerto Rico.

Dijo que ellos protegen a sus empleados, tanto como a la comunidad en que trabajan.

El martes, el grupo interagencial que atiende el problema de la plaga de moscas de Juana Díaz, dio a conocer que el foco principal de la proliferación del insecto es a destilería Serrallés.

Según se indicó, Serrallés tiene problemas con la disposición de los residuos de agua con melaza que producen sus operaciones.

Otra fuente de la plaga de moscas fue ubicada en porqueriza clandestina, en la carretera 5510, de Ponce.

Las agencias estaban investigando también otras dos fincas, una cerca de Serrallés en Ponce, y otra en el Barrio La Cuarta, también de Ponce, donde el problema parecía residir en el estiércol de vaca.