El muy molestoso y últimamente protagonista  de historias noticiosas tiene su día hoy. Desde 1897, cuando se estableció su vínculo con la transmisión de la malaria, fue establecido el Día Mundial del Mosquito como una manera de concienciar del peligro  de la enfermedad y de honrar el trabajo científico de Sir Ronald Ross.

Según el Centro para el Control de Enfermedades (CDC), en el 2010 se estimaron 219 millones casos de malaria y 660 mil muertes, la gran mayoría en el continente africano.

En Puerto Rico a los mosquitos no se les teme por la malaria, sino por el dengue y, recientemente, el chikungunya. Ambas enfermedades son transmitidas  por los mismos tipos de zancudos, el Aedes aegypti y Aedes albopictus.

Aunque existen más de 3,000 especies de mosquitos, estos dos, junto con el Anopheles, son los tres son  principales responsables de la propagación de enfermedades a humanos.

Cuando por ahí, a modo de chiste, escuche que alguien se queja de haber sido picado por una mosquita, sepa que tiene razón. Solo la hembra tiene en la boca  la estructura necesaria para succionar sangre. La mosquita, además, no chupa sangre para alimentarse, sino para llevar proteína a sus huevos, que eventualmente se convertirán en incordios mosquitos. Para comer, lo que buscan es el néctar de las plantas.

Para buscar sangre el Aedes (bueno, la Aedes) prefiere la mañana y el atardecer y, si hay sombra o está nublado, mejor.