Fajardo. Don Miguel Angel Suárez aprovechaba la “buena compañía” en el refugio de la escuela Berta Zalduondo, en Fajardo, para conversar con otros compueblanos su experiencia como “sobreviviente” de  varios huracanes que han azotado a la Isla en las pasadas décadas.

Acomodado en un catre, el caballero de 76 años le explicaba a otros albergados en la escuela Berta Zalduondo los sinsabores que le dejó ser testigo de fenómenos atmosféricos que afectaron a Puerto Rico.

“Muchacha, yo sí que he vivido huracanes… sobreviví a David (1979), a Hugo (1989), a George (1998) y a otro con nombre de mujer que también fue bien malo. Pero parece que María será el peor huracán que vean mis ojos”, relató don Miguel Angel logrando captar la atención de sus compañeros de cuarto.

Dijo que los más que lo han impactado fueron los huracanes David y Hugo. El primero fue un ciclón que  pasó a 90 millas al sur de Ponce y 70 millas al sur de Cabo Rojo, el 30 de agosto de 1979.  Los daños asociados al fenómeno, según información provista por la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (Aemead), fueron las inundaciones severas sobre las áreas este, sur y norte de Puerto Rico. Sobre 800 familias perdieron sus hogares y 8,000 fueron damnificados. Ocurrieron siete muertes.

“Aquel David fue terrible. Había agua y agua y agua por todas partes. La gente corría como garzas tratando de guarecerse”, dijo el señor que reside en el sector Maternillo, un área vulnerable a inundaciones por marejadas ciclónicas.

Comentó, en cambio, que el huracán Hugo sí que lo trastocó pues se trata de un ciclón que devastó el pueblo de Fajardo. “Me acuerdo y dan ganas de llorar… mira, no me quiero acordar de aquellos daños. Hugo fue malísimo”, expresó sobre el fenómeno que provocó daños a la propiedad pública y priovada estimados en $100 mil millones. Este huracán, que llegó a la isla como categoría 4 y con vientos sostenidos de 120 millas por hora, ocasionó que cerca de 100 mil personas tuvieran que refugiarse. De éstas, 13 mil se quedaron sin hogar.

“Ahh, ese yo también lo viví. Y es verdad fue bien malo. Yo me acuerdo que estuvimos como tres meses sin luz”, dijo por su parte la refugiada Edith Badillo, vecina de la urbanización Monte Brisas.

Don Miguel Ángel continuó su amena conversación recordando también el paso del huracán Georges, el cual cruzó la isla de este a oeste y causó daños estimados en $6 billones.

“Pero ninguno, óyeme bien, ninguno de esos que yo viví -espérate, que se me quedó el huracán Federico (1979)-pero bueno, a lo que iba, ninguno nena, ninguno es como la María esa que viene mañana. Esa nos va a dejar mal. Yo estoy nervioso, te lo admito. Por eso me vine pa’ ca”, dijo quien fue socorrido por personal de Manejo de Emergencias Municipal, quienes desde tempranas horas del día comenzaron las labores de desalojo en las áreas susceptibles a daños en el pueblo de los cariduros.

Poco antes de las 6:00 de la tarde, los refugiados en la escuela Berta Zalduondo sumaban 94: 43 hombres, 30 mujeres y 21 menores.

Cabe destacar que entre las personas que han llegado al refugio se encuentra una pareja canadiense – con residencia en Culebra- que no pudieron llegar hasta la isla municipio pues perdieron su transportación.

“Pero aquí estamos bien… nos están tratando bien”, dijo Gerald Farmer, quien estaba acompañado de su esposa Louise Bouchard.

Otros refugios de este municipio están ubicados en las escuelas María Dones (barrio Quebrada Vueltas) y Josefina Ferrero de Araujo (urbanización Monte Brisas).