Guayanilla. “Cuando me dijo: ‘mis papás están muertos’, se me fue el mundo”.

Cheyrie Cintrón, una mujer de 26 años que el pasado domingo compartía de un día familiar por los campos de Yauco, jamás pensó que un cambio en la ruta que transitaba junto a su familia le cambiaría la vida.

Aún mantiene fresco en su memoria el momento en que observó a un niño ensangrentado caminando solito calle arriba. Era Naythan Ortiz García, el niño que sobrevivió junto a su hermano William tras caer por un precipicio en el Jeep que conducía su padre. Sus progenitores, William e Ileana, murieron en la caída, y este se armó de valor para subir y buscar ayuda para su hermanito pillado.

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“Dios quiso que cambiáramos la ruta, quería llevarnos allí para ayudar a estos niños”, dijo la mujer a Primera Hora al recordar el trágico suceso.

Relató que el pequeño de nueve años los llevó hasta el lugar donde cayó el vehículo de su padre, ubicado a unas tres curvas más abajo de donde fue encontrado. Mencionó que el menor les informó que su hermanito no podía salir y que sus papás estaban muertos, porque él era boy scout y sabía cómo verificar sus signos vitales.

“El me dijo que estaba durmiendo en el Jeep, que no sabe qué pasó y que despertó sobre una piedra luego que su hermanito lo llamara”, comentó Cintrón.

Asimismo, recordó que estuvo acompañando a los niños hasta el hospital y que no podrá olvidar la inocente mirada de Naythan, quien con sus ojitos llenos de dolor le agradecía su compañía en tan difícil momento.

“Solo me dijo: ‘estábamos en un tonto safari’”, sostuvo la mujer.

Del mismo modo, Cheyrie destacó que esos niños son su nueva familia y que ellos tienen una nueva tití, que haría lo mismo todas las veces que fuera necesario para salvar la vida de las personas.

“Donde Dios nos ponga, allí estaremos para ayudar”, reiteró Cintron, quien añadió que poco a poco se recupera emocionalmente de esa experiencia.

Esta manifestó que estará en los actos fúnebres en solidaridad con ambas familias.