Nayla Rodríguez Angulo, la niña de 10 años que el año pasado logró recolectar 4,224 zapatos para llevarlos personalmente a los damnificados del terremoto de 2010 en Haití, finalmente cumplirá su sueño cuando este próximo sábado, 12 de abril a las 10:00 a.m. viajará junto a su madre y un grupo de misioneros a la hermana república a cumplir su misión.

Hoy, la joven que cursa el cuarto grado en la Carvin School de Carolina, se prepara ansiosa para el tan esperado viaje. Aunque admite que tiene un poco de temor ante lo desconocido.

“Más o menos estoy nerviosa porque no sé cómo van a ser las cosas allá. Me preocupa lo que me voy a encontrar allá. La gente que no tiene comida ni dónde vivir”, explicó la elocuente jovencita.

Sin embargo, algo que Nayla a su tierna edad tiene presente es que, una vez regrese de esa aventura misionera, no volverá a ser la misma.

“Para mí, yo voy a cambiar mucho de cómo soy ahora. Cuando vea las cosas allá. Quiero enseñarle a las personas y a mis compañeros en la escuela que aquí nosotros botamos comida y allá no hay qué comer. Tenemos que aprender a no hacer eso”, añadió.

Nayla asegura sin reparos que este es solo el primero de muchos viajes misioneros que realizará a lo largo de su vida.

“Yo quiero ser doctora y misionera cuando sea grande y ayudar a las personas por todo el mundo”, explicó la jovencita quien dice admirar el trabajo del doctor José A. Vargas Vidot, cuya organización humanitaria, Iniciativa Comunitaria, es la entidad que auspicia el viaje.

Haydeé Angulo, madre de Nayla, también admite que está un poco nerviosa por el viaje pero está segura de que será una experiencia que las marcará positivamente a ambas por el resto de su vida.

“Nayla está súper contenta. Ya está tomándose las pastillas de la malaria que le dieron en Iniciativa (Comunitaria). Yo estoy nerviosa ante lo inesperado pero nos hemos preparado por lo que se pueda presentar”, explicó Haydeé.

Como parte de la preparación, la madre de la joven filántropa explicó que han tenido que participar de varios talleres ofrecidos por la organización sin fines de lucro.

“Hemos tenido que coger varios taller de qué hacer y qué no hacer. Por ejemplo, tenemos que quedarnos en la casa de Vargas Vidot –donde nos hospedaremos- después de las 5:00 p.m. porque en Puerto Príncipe hay muchos lugares sin luz eléctrica y es peligroso”, explicó Haydeé.

“También nos explicaron que no debemos compensar monetariamente a las personas porque esa no es la misión de Iniciativa Comunitaria y que no debemos beber agua fuera de la casa, ni siquiera abrir la boca cuando nos bañemos porque puede ser peligroso”, añadió.

La mamá de Nayla explicó que gran parte de los más de 4 mil zapatos recaudados durante el noveno cumpleaños de la niña el Viernes Santo de 2013,ya fueron enviados a la capital haitiana a través de misioneros y el restante será transportado por el grupo en el viaje.

El año pasado, la joven filántropa, declaró a su madre que como regalo de cumpleaños deseaba que se le regalaran zapatos, pero no un par, ni dos, sino cientos de pares de zapatos con los que calzar con sus propias manos a los niños necesitados de Haití.

Acto seguido, decenas de personas de todos los rincones de Puerto Rico sorprendieron a Nayla haciendo  acto de presencia en su actividad de cumpleaños solidarizándose con la noble gestión y donando no solo zapatos sino otros artículos de primera necesidad.

No obstante, por problemas de logística, el viaje se tuvo que retrasar en varias ocasiones.