Guánica. Naythan parecía estar tranquilo hasta que dejó de ver los féretros de sus padres al ser sepultados. En ese difícil momento, el pequeño de nueve años no pudo contener el llanto.

Ayer, familiares y amigos llegaron hasta el cementerio municipal para despedir a William Ortiz e Ileana García, el matrimonio que murió al caer por un barranco en Yauco el pasado domingo, accidente al cual sobrevivieron sus dos hijos.

El niño, quien desde el trágico suceso demostró su valentía y heroísmo, se aferró a los brazos de su abuela Ileana buscando consuelo ante la inesperada pérdida de sus padres.

Como parte de los actos fúnebres, los restos del matrimonio fueron llevados a la iglesia católica para la celebración de una misa y luego fueron escoltados por dos camiones y un humvee militar, así como por motoras de la Policía estatal, quienes les dieron un último recorrido por la comunidad donde vivieron.

En el camposanto se realizó la emotiva ceremonia en la que se le rindieron los honores militares a William, quien era miembro de la Guardia Nacional de Puerto Rico (GNPR) hace nueve años.

“Todo tiene un propósito en la vida y esto nos unió más como familia”, dijo Ramón Ortiz, hermano del infortunado.

Este agradeció el apoyo de la GNPR y de todas las personas que se unieron a la familia en los momentos de dolor.

“Ni la muerte los pudo separar”, añadió el hermano con emoción al referirse a la pareja que acostumbraba a pasar su tiempo libre junta.

Asimismo, indicó que su hermano siempre fue un excelente padre, esposo, hijo, soldado y policía, además, aseguró que cuidarán de sus dos sobrinos.

Muy cerca del féretro, se mantuvo el pequeño Naythan, a quien se le entregó la bandera de Estados Unidos y quien recibía muestras de cariño de sus familiares.

Acompañándolo en todo momento se mantuvo Cheyrie Cintrón, la mujer que lo socorrió el día del accidente, lo llevó al hospital y quien ha llorado con él y la familia la muerte de sus padres.

Por su parte, el teniente coronel Rafael Bueno, del batallón 296 de Infantería, unidad a la que pertenecía William, destacó que este seguirá siendo su compañero de batallas.

Sostuvo que fue un infantero de vocación y que siempre lo llevarán en el corazón.

“Seguiremos siendo su familia extendida”, comentó Bueno.

Del mismo modo, el coronel Carlos Rodríguez, quien estuvo en representación del ayudante general de la GNPR, el general Juan Medina Lamela, entregó cuatro banderas de Estados Unidos a los familiares del soldado, a quien les dio las gracias por su servicio, lealtad y amistad.

“Estamos aquí para celebrar la vida de quien fuera un gran soldado, ciudadano y padre”, destacó el jefe del Estado Mayor Conjunto de la GNPR.

Los esposos fueron sepultados juntos mientras se escuchaba música de fondo. El hijo menor de la pareja, William, no estuvo presente, ya que aún se encuentra convaleciendo de las heridas sufridas en el accidente.