Por 48 años fue donante de la Cruz Roja. Su generosidad lo llevó a tener el récord de donaciones de la organización: 195 pintas de sangre, para ser exactos. Pero para Norman Veve, su gesto no es nada heroico, sino más bien la consecuencia de su responsabilidad ciudadana.

La primera pinta de sangre a la organización la donó el mismo primer día que la Cruz Roja abrió su banco de sangre en lo que era la Asociación Médica en Santurce. Fue el 14 de diciembre de 1960.

De ahí en adelante, donaba fielmente cada dos meses. Sus donaciones solo se vieron interrumpidas por sus 13 operaciones y 17 fracturas. Y es que Veve, de 80 años, ha tenido una vida muy activa en la exploración de cuevas y el motociclismo.

“La gente a veces se asombra de tantas veces que he donado. Pero eso no es mucho, lo único que hice fue donar una pinta de sangre 195 veces. Yo no lo considero nada extraordinario”, comentó Veve en su residencia en Bayamón.

Pero si las 195 pintas de sangre le parecen mucho, sepa que esas donaciones no son las únicas de este ex profesor de física de la Universidad de Puerto Rico y ex vicepresidente de Molinos de Puerto Rico. Veve tiene, al menos, otras 25 donaciones. Recuerda que la primera vez que donó fue porque escuchó en la radio que un niño necesitaba sangre B positivo, su tipo. Luego de esa, vinieron otras más de manera esporádica hasta que llegó al Banco de Sangre de la Cruz Roja.

También donó en el estado de Pensilvania cuando una de sus hijas estuvo recluida tras haber sido diagnosticada con leucemia aguda.

Su motivación para cada donación fue igual de desprendida que su explicación del récord que ostenta.

“Me producía gran satisfacción. Cuando salía de una donación, yo me sentía feliz de que hice algo anónimamente que pudo haber ayudado a una persona completamente extraña”, relató Veve, quien recordó que en su primera donación se mareó.

“Donar sangre me daba una sensación de estar en comunión con toda la comunidad. Era como decirle al mundo entero ‘te amo’ de una forma callada y discreta”, continuó Veve mientras confesaba que extraña ser donante.

La última donación la hizo el 4 de agosto de 2008. Cada fecha es exacta, ya que Veve tiene un récord de cada una de sus donaciones. Es por esto, y por la foto en blanco y negro que cuelga en el comedor de su casa, que recuerda que su donación número 100 la hizo en La Fortaleza, mientras Carlos Romero Barceló era gobernador. En la foto, aparece junto a la entonces primera dama Kate Donelly, mientras esta donaba.

El fin a sus tiempos de donante le llegó por obligación y no por elección.

“Sufrí un infarto cerebral, y desde entonces estoy tomando un medicamento que se llama Plavix. Cada vez que iba a hacer una donación, interrumpía el Plavix por una semana para ir a donar. Pero cada vez que lo dejaba me ponía en riesgo y el médico me dijo que no podía hacerlo más”, explicó sobre por qué ya no es donante.

Dice con extremo pesar que le gustaría poder seguir donando.

“Ojalá pudiera ir a donar. Lo echo de menos. Me hace falta esa felicidad. Mi vida está relativamente vacía desde que murieron mi esposa y mis hijas. Quisiera volver a tener, por lo menos cada dos meses, esa inyección de felicidad que tenía antes”, dice tristemente.

De su récord, dice que “alguien tiene que tenerlo. Eso no es importante. Lo importante es haber sentido que he ayudado a varias personas”.