Las Marías. Gracias a que un empresario californiano  quedó  prendado con la belleza del Pueblo de la China Dulce, turistas de Puerto Rico y el extranjero ya disfrutan allí de la práctica del balsismo por el descenso de los ríos, mejor conocido en la industria como el rafting.

En 2012,  Michael Juárez, propietario de White Water Adventures, con sede en California,  visitó la Isla para dar paseos recreativos en kayak, su deporte predilecto. De los nueve ríos que visitó, el río Añasco le llamó la atención para hacer rafting, pues notó que había áreas de rápidas corrientes, aptas para esta práctica. 

“El río no es muy fuerte (sus corrientes)” dijo. “No es muy atrevido pero tampoco muy aburrido. Tiene una vista bonita, con animales a su alrededor. Puedes ver iguanas, caballos salvajes, aves como el guaraguao”, añadió. 

Luego de varias visitas, dos años más tarde, inició los trámites para establecer paquetes con los rápidos de Las Marías por medio de la compañía Puerto Rico Rios Rafting & Co., que ya cuenta con el respaldo del  municipio y el comercio local.

Con personal que trajo de su  compañía en Estados Unidos, Juárez emprendió su apuesta en Las Marías con una inversión de sobre $15,000  en su fase inicial. Con estos fondos se adquirieron   cuatro balsas nuevas, 25 chalecos con sus respectivos cascos y remos, equipo de primeros auxilios y el recurso humano necesario,  dijo a Primera Hora el empresario.

“Nos concentramos primero en el río Añasco, para ver cómo va”, señaló. “En Puerto Rico este deporte es muy nuevo”, sostuvo, destacando que en un principio la idea era traer turistas del exterior para que conocieran las bellezas de Las Marías. 

Talento local

A su equipo de trabajo se incorporó Osvaldo Antonio Pérez, un marieño que sirvió a Juárez como guía local y chofer durante sus estadías en Las Marías. Según Juárez, interesado en el potencial que le vio a la iniciativa, Pérez viajó a California para adiestrarse  en la escuela Action White Water Adventures. 

“Él es local. No sabía nada de ríos pero se animó tanto cuando lo llevé como turista, que vino a California a estudiar en la escuela de guías de nosotros y se certificó en primeros auxilios, y demás para ser guía en Puerto Rico”, acotó Juárez. 

Según explicó, la ruta que toma la expedición va desde el puente de Guacio en la carretera 119 hasta el puente de Anones en Las Marías.

“Es muy familiar. Sí, llevamos niños de 50 libras de peso en adelante. Son ocho millas, dura tres horas y media y paramos para alimentarnos”. De ahí continúa la sección intermedia. 

El turista recibe, antes de la expedición, una orientación respecto al uso y manejo de la balsa, aspectos de seguridad y respuesta entre el grupo y los riesgos posibles a enfrentar en caso de caer al agua, etc.

Ya en el agua, se practica en un remanso inicial cómo remar y cómo comunicarse con el capitán de la balsa.

El primer rápido en este trayecto fue apodado La Llorona. “Después de La Llorona hay un par de rápidos (calificados clase II) en los que hay que esquivar varias piedras, y luego viene otro rápido largo que llamamos La Vaquería”. 

Como los ríos en Puerto Rico son angostos, las balsas que adquirió Juárez para esta empresa son pequeñas, con capacidad para cuatro personas. Cada viaje cuenta con un recurso que va en kayak para asistir en caso de que alguien caiga al agua  y otro para tomar fotos a los turistas.