Para muchos, los recuerdos asociados al 11 de septiembre de 2001 se circunscriben a las cosas que hacían el instante justo en que vieron por televisión o escucharon por radio que unos aviones se estrellaron en las torres gemelas del World Trade Center, en Nueva York.

Sin embargo, en el Cuerpo de Bomberos de Puerto Rico hay trabajadores como Ángel Arroyo Torres y los tenientes Néstor Alonso Cuevas y José Nieves Rivera cuyas memorias van más allá de quienes miraron atónitos en la distancia porque tuvieron la encomienda de viajar al lugar de la tragedia para ayudar en las labores de rescate días posteriores al terrible suceso.

 Al cumplirse este miércoles 13 años de lo que ha sido denominado como el peor atentado terrorista que ha sufrido Estados Unidos, el trío revivió sus vivencias entre las ruinas de las torres gemelas durante un servicio religioso que organizó el Cuerpo de Bomberos en la Iglesia Discípulos de Cristo, ubicada en la avenida Fernández Juncos, en San Juan.

“Nosotros (los tres) llegamos allá por una orden que emitió la gobernadora Sila María Calderón que posibilitó la salida de un grupo de especialistas en rescate para ayudar en las labores en Nueva York. Recuerdo que empezamos los preparativos el día 12 de septiembre en la mañana. Ese mismo día 12, en la tarde, salimos hacia Nueva York. Llegamos el día 13 en la madrugada”, recordó Arroyo Torres, quien en ese momento trabajaba en la División de Operaciones Especiales de los Bomberos al igual que sus otros dos compañeros.

Al llegar al lugar al lugar de los destrozos, Arroyo Torres se sorprendió de la magnitud de ocurrido sobre todo porque había tenido la oportunidad de visitar antes ese lugar. No así sus dos camaradas, que nunca habían estado en el World Trade Center. “Nunca pensé que me iba a encontrar con un desastre de esa magnitud. Las personas que como yo habían visto las torres en un momento dado, verlo en la destrucción en la que estaba fue impactante. Yo no sabía, ninguno sabía, con lo que nos íbamos a encontrar”, sostuvo.

Por su parte, Alonso Cuevas expresó que el día de los atentados estaba de vacaciones y se encontraba en un centro comercial. “Recibí una llamada citándonos para una reunión en la División de Operaciones Especiales. Allí nos dieron las instrucciones de la misión. Para mí fue una sorpresa porque no esperaba que tuviera que trabajar en una misión así”, declaró.

El asombro del profesional se debió a que un tiempo antes de los ataques había participado de un adiestramiento sobre estructuras colapsadas con el teniente puertorriqueño Dennis Mojica, uno de los bomberos que murió en medio de los rescates en Nueva York. “Una de las palabras de él cuando finalizó el ejercicio fue: ‘Aprendan bien esto porque ustedes nunca saben cuándo lo puedan necesitar’. Esas palabras las recordé allí y nunca se me van a olvidar”.

En los ataques en Nueva York, el Pentágono y cerca de Shanksville, Pennsylvania, murieron aproximadamente 3,000 personas. De esas víctimas, 343 fueron bomberos.

Mientras, Nieves Rivera indicó que también estaba de vacaciones y que le asombró que los activaran. “Yo estaba en mi casa cuando recibí la llamada. Cuando me dijeron que tenía que viajar a Nueva York, pensé: ‘Wow, con tantos recursos que tienen ellos y con tantos estados que lo pueden ayudar, nos van a mover a nosotros’. Eso fue algo sorprendente para mí, pero a la misma vez fue gratificante porque se reconoció que podíamos ayudar”, expuso.

Las sorpresas para el miembro de la División de Operaciones Especiales no se detuvieron con esa llamada. Continuaron a su arribo al área de los ataques y se acentuaron al ver la actitud de las personas. “Aparte de la destrucción de los edificios, me impactó la forma en la que se conducían las personas. Eran más receptivas. Si alguien se caía, lo ayudaban a ponerse de pie. El agradecimiento cuando nos veían con nuestros uniformes. La gente nos daba las gracias. Fueron unos momentos especiales. Lamentablemente, el humanismo que se dio en ese momento se volvió a perder”, observó Nieves Rivera.

SINTIERON MIEDO

Los tres bomberos expusieron que sintieron miedo al llegar al área de la destrucción. No obstante, el sentido del deber los mantuvo en pie. “No podemos decir que el miedo nunca va a existir. El miedo siempre existe dentro de nuestro ser. Obviamente, la vida, el trabajo, la experiencia siempre nos ayuda y nos aporta en algo al trabajar en estas situaciones. Pero no dejamos de ser seres humanos, ser padres de familia, esposos, y cuando pasan estas cosas nos impacta y nos da un poco de miedo”, puntualizó Arroyo Torres.

En cuanto al momento que más los marcó, los trabajadores coincidieron en que fue la amplitud de la destrucción. “Para mí el momento más impactante fue cuando estábamos haciendo unas labores y localizamos un cuerpo que pensábamos que estaba completo y no… Sólo fue un torso. Fue impactante porque no pensábamos encontrarlo así”, aseveró Nieves Rivera.

Cuando se les preguntó si volverían a trabajar en una emergencia similar, ninguno vaciló en contestar en la afirmativa.

“Sí, volvería. Eso es parte de nuestra misión y es parte de lo que estamos llamados a hacer, sea aquí en Puerto Rico, sea en Nueva York o donde sea necesario”, acotó con determinación Alonso Cuevas.

El jefe del Cuerpo de Bomberos de Puerto Rico, Ángel A. Crespo, por su parte, recordó que ese día tenía en agenda un desalojo planificado en una industria.

“Ese día –precisamente- iba a hacer un desalojo en una industria. Era algo que estaba planificado. Estaba escuchando la radio sobre el primer avión. Mi madre me llamó preocupada porque tengo una tía que trabajaba allí. Acto seguido, regresé a la oficina central. Fue un día en el que nadie sabía que iba a pasar, todo el mundo llamaba a las estaciones de bomberos asegurándose que todo estuviera en orden para atender cualquier salida… En efecto, lo recuerdo. Es uno de esos días en los que por algo muy triste recuerdo todo”, rememoró.

El decimotercer aniversario del ataque terrorista se produce justo cuando el presidente estadounidense Barack Obama anuncia una operación militar en contra de la organización denominada Estado Islámico cuyas recientes ofensivas de violencia incluyen la muerte de dos periodistas norteamericanos.