CANÓVANAS. Poco más de una semana después del paso del huracán María por la Isla, Jorge Antonio Sanyet Morales, de 61 años, acudió a un manantial que ubica cerca de su casa, en el barrio Cubuy, a buscar agua.

En su casa, en lo alto de este barrio donde residía junto a su esposa, Maritza Rivera, carecían del servicio de agua potable y tenía sed.

Era viernes. El lunes, Sanyet Morales comenzó a sentirse mal.

“Amaneció malo. Tenía fiebre, vómitos, diarreas y dolor en el cerebro. Le fui a comprar un analgésico y se alivió un poco, pero seguía tomando las pastillas cada cuatro horas”, relató ayer Rivera en la sala de su casa.

La mujer, dijo, trató en vano de que su esposo acudiera al hospital, a pesar de que las molestias le siguieron al día siguiente.

Fue el miércoles, cuando su semblante se tornó amarillento y los síntomas persistían sin alivio, que Sanyet Morales accedió a que familiares lo llevaran al Centro de Diagnóstico y Tratamiento (CDT) de Canóvanas.

Allí, unos análisis determinaron que el sexagenario tenía los niveles de azúcar elevados, mientras que sus plaquetas estaban “bien bajas”.

El hombre fue despachado con una receta y la promesa de regresar al CDT a los dos días. 

Al regresar el viernes pasado al CDT su cuadro había empeorado, la presión arterial estaba tan baja que la enfermera que lo atendió cuestionó cómo Sanyet Morales podía mantenerse de pie y caminar.

“Le metieron suero rápido y me dijeron había que moverlo a Carolina” (Doctors’ Center Hospital), relató Rivera, de 58 años. 

Tras hacerle unos análisis y una tomografía computarizada, el médico le comentó a la familia que el hombre tenía “todo dañado por dentro”, incluyendo su bazo y su hígado, además de su bilirrubina alta, que es un líquido producido por el hígado.

“El médico nos dijo que sus síntomas eran de la enfermedad del ‘meao’ del ratón”, dijo Rivera al referirse a una infección conocida como leptospirosis, una enfermedad se transmite de animales a personas por el contacto con la orina de animales infectados o a través de aguas contaminadas, usualmente estancadas. 

“Murió el viernes por la noche. Lo entubaron y le dieron cinco infartos”, agregó Rivera.

Los médicos le indicaron que el cuerpo de Sanyet Morales sería trasladado al Instituto de Ciencias Forenses para certificar y validar la causa de su muerte.

Los médicos que lo atendieron, sin embargo, ya le anticiparon a la familia la posible causa.

“El doctor nos dijo que fue por leptospirosis”, comentó Jorge Sanyet, de 39 años, uno de los tres hijos Jorge Antonio. 

Lornna Soto Villanueva, alcaldesa de Canóvanas, dijo que el foco de la infección fue el manantial del cual el hombre sacó agua una semana antes de morir.

“Él ayudó muchísimo. Se tiró a la calle a abrir camino y a ayudar desde el día uno” (después del huracán), lamentó la alcaldesa.

No obstante, Sanyet y su madre señalaron que su padre no se contagió con agua del manantial, sino que pudo infectarse a través de una cortadura que tenía en una mano.

Ningún familiar se ha contagiado, aunque ninguno bebió agua del manantial. La familia sostiene que otro vecino murió presuntamente por leptospirosis. 

Advierten del peligro

Soto Villanueva reiteró ayer que nueve personas se han contagiado en la zona presuntamente con leptospirosis, cinco de ellos residentes en Canóvanas.

Ante esto, la funcionaria reiteró que el Departamento de Salud debe ser “más agresivo en la prevención” de esta infección.

“Le corresponde a (la doctora Carmen) Deseda (epidemióloga del Estado) hacer las pruebas pertinentes”, dijo Soto Villanueva al referirse a las pruebas confirmatorias que validen lo que ya han detectado los médicos que han atendido estos casos en Doctors’ Center Hospital en Carolina.

La alcaldesa reiteró que dos de las nueve personas contagiadas ya murieron. 

Sin embargo, por segundo día seguido, Deseda rechazó ayer en declaraciones escritas que se hayan certificado muertes por leptospirosis tras el huracán María.

Admitió, sin embargo, que el Departamento de Salud evalúa varios casos. 

“En estos momentos, no tenemos ningún caso confirmado, pero no descartamos que se registre alguno, ya que en años anteriores se ha reportado la leptospirosis tras inundaciones y aguas estancadas. Actualmente, se evalúan varios casos, pero aún no se han recibido los resultados de laboratorio”, planteó la epidemiologa del Estado.