“Puerto Rico debe acoger la apertura de Cuba como una oportunidad, no verla como una amenaza a la economía de la Isla”, recomendó hoy el abogado Robert Kennedy Jr., al participar en un foro sobre la cambiante relación entre La Habana y Washington, efectuado en el Teatro de la Universidad de Puerto Rico. 

Durante el foro, titulado “Cuba y Estados Unidos: Mirando hacia el futuro”, se presentó una entrevista grabada en la que el congresista José Serrano destacó que los puertorriqueños del ambiente de negocios deben verse como enlaces naturales con los cubanos, toda vez que más allá de compartir la lengua, también tienen afinidad cultural e historia compartida. 

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“Puerto Rico puede tener gente de negocios que inviertan en Cuba. Puerto Rico tiene que prepararse para una nueva era. No puede decir que porque Cuba va a abrirse, entonces Puerto Rico va a sufrir”, expuso Serrano en la entrevista realizada por el profesor Javier Colón.

El representante del distrito neoyorquino de El Bronx, que llamó “la capital de Puerto Rico”, destacó que ya no es tarde para que los gobiernos de Puerto Rico reaccionen a la inevitable realidad de que turistas de Estados Unidos van a querer visitar Cuba, tan pronto les sea posible, y que algunas inversiones deseadas en la Isla se desvíen hacia la vecina antilla. 

“Con todo respeto, debieron haberse preparado para este día, porque este día iba a llegar”, sostuvo Serrano, quien invitó también a observar los cambios en el comercio latinoamericano, que cada vez acoge más inversores asiáticos, en particular de China. 

El congresista, al responder preguntas del educador en Washington, indicó que el proceso de normalización de relaciones es mutuamente beneficioso pero, a su juicio, “lo más importante va a ser que cada país tiene que ceder”. 

“Los americanos, por lo menos en la política pública, tienen que aceptar que Cuba en estos pasados 50 años han logrado cosas. (…) Cuba tiene que aprender que todo lo americano no es malo y los americanos tienen que aprender a no criticar a los cubanos”, agregó. 

“No cambiar es hacernos daños a nosotros mismos”, acotó. 

Kennedy, por su parte, acogió la visión de Serrano. “Cuba es un experimento que debemos estudiar, porque no ha sido un experimento totalmente fallido”, sostuvo. 

Destacó que, de primera mano, ha comprobado lo que llamó “victorias de la revolución”, como bajísima incidencia criminal, alta competitividad profesional de sus médicos y algunas de sus medidas para conservar el ambiente. 

Esperanza en el fin del embargo 

Entretanto, Kennedy se expresó esperanzado de que el Congreso, a pesar de tener mayoría republicana, se dirija a poner fin al embargo que por medio siglo ha prohibido las relaciones comerciales con la nación caribeña, aunque al presente algunos estados vendan productos agrícolas a Cuba, que tiene que pagar al contado. 

“Lo que he oído en contra de la decisión del presidente (Barack Obama) ha sido tan poco que creo que la puerta está abierta”, opinó sobre la veda que catalogó de “locura” y “antiamericana”.

“Creo que el embargo fue una política pública muy mala. No funcionó. La hemos tenido por casi 60 años y los Castro llevan en el poder esos casi 60 años”, manifestó el sobrino del asesinado presidente John F. Kennedy.

Además, criticó que los ataques terroristas a las torres gemelas en 2001 aún se utilicen como excusa para cometer “las terribles cosas de las que acusamos a Castro”, como torturar, hacer registros ilegales y mantener presos a personas inocentes, sin ni siquiera celebrarles un juicio. 

“Es lo mismo que hacemos en Guantánamo. Según el Pentágono, la inmensa mayoría de los presos en Guantánamo son completamente inocentes”, puntualizó. 

Contrastó que Washington no use la dictadura, ni las violaciones de derechos humanos como excusa para no relacionarse con varios de sus aliados más cercanos, como Israel y Arabia Saudí. 

“El embargo nos hace lucir ridículos. Los Castros son dictadores, pero ni de cerca son los peores del mundo”, opinó Kennedy. 

El ambientalista aprovechó su turno para enviar un saludo al líder sindical Dennis Rivera, quien fue su “compañero de celda” en la prisión federal en Guaynabo, donde ambos cumplieron cárcel por sus actos de desobediencia civil en la lucha por sacar la Marina de Guerra de los Estados Unidos de Vieques. 

Tras la participación de Kennedy y Serrano, moderado por la decana Palmira Ríos, hubo dos paneles adicionales con diversos expertos y académicos sobre las relaciones cubano-estadounidenses.