Llegó la Navidad, la época de celebrar en familia. En  diciembre y a principios de enero, las noches se llenan de ruido con la explosión de petardos, cohetes y cuartos de dinamita. 

Y, precisamente, también en estos meses es que arriban al Centro Médico personas que, en medio del jolgorio,  sufren accidentes al manipular pirotecnia que pueden repercutir en la pérdida de la audición, la visión y hasta una extremidad. 

Por tal razón, hoy el director de dicho complejo hospitalario, el doctor Ernesto Torres; el secretario del Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO), Omar Marrero Díaz, y el líder comunitario Papo Christian hicieron un llamado a la ciudadanía a ser prudentes en el uso de estos artefactos. 

La pirotecnia es responsable de que niños y adultos sufran quemaduras de hasta tercer grado, intoxicaciones con gases, problemas respiratorios y daños a los ojos y oídos   durante las épocas festivas.

“Las pasadas Navidades fueron los menores de edad los más afectados. En diciembre fueron atendidos cinco casos y en enero fueron 18 casos, un total de 23”, explicó Torres.

Se detalló que la pirotecnia legal es la que tiene un letrero que dice “emit”, a diferencia de la ilegal que dice “shoot”.

“Uno de los productos que, aunque parezcan inofensivos, causan daño son las estrellitas. Estas producen quemaduras”, dijo el doctor Torres. 

“Nos llegaron pacientitos con los cachetitos y los ojitos quemados”, precisó sobre las estrellitas.

Por su parte, el titular del DACO subrayó que “aunque la pirotecnia sea legal, debe haber supervisión”.

En Puerto Rico, es la Policía la que incauta pirotecnia ilegal. Sin embargo, en el caso de la pirotecnia legal, se les exige a los vendedores  la rotulación indicada. 

“El comercio que no exhiba el rótulo con las advertencias correspondientes de acuerdo a la Orden Administrativa Núm. 2011-012 se expone a penalidades de hasta $10,000  por violación”, dijo el titular del DACO.

No a los tiros al aire

Por su parte, Papo Christian advirtió que “la gente debe disfrutar en familia, en paz, y siempre velando por la seguridad de los suyos. Con esto de la pirotecnia, es como uno le enseña a los niños a no acercarse a la hornilla porque se quema, así de sencillo”.

El líder comunitario del residencial Manuel A. Pérez hizo un llamado al país a no hacer disparos al aire. 

Papo Christian recordó al país que desde el 2004 al 2009 la campaña en contra de los tiros al aire logró que nadie falleciera por esta razón, aunque sí hubo heridos. 

Desafortunadamente, el año pasado la joven bailarina Karla Michelle Negrón Vélez, de 15 años, murió tras recibir un tiro cuando despedía el año en familia, en Villa Palmeras. 

En 2011 fue  Francisco Javier Cancel Flores, de 14 años, quien recibió un disparo cuando despedía el año  con su familia en la urbanización Reparto Teresita. 

En 2003, en el residencial Quintana, en Río Piedras, pereció por la misma razón Jessica Pacheco Calvente y, en el 2002, Jennifer Pérez Centeno, estudiante de la Escuela Libre de Música. 

Las autoridades pidieron a la ciudadanía que denuncie cualquier conducta negligente con pirotecnia, así como con armas de fuego, al llamar al 787-343-2020.