Entras a un comercio, compras tu café y dejas otro pago. Y no, no es para tomártelo después, sino para que la siguiente persona que llegue y no tenga dinero para pagarlo, también pueda disfrutar el suyo.

El proyecto existe en varios países, se llama Café Pendiente y ya el director de Iniciatica Comunitaria, el doctor José Vargas Vidot, lanzó una convocatoria para empezarlo en Puerto Rico. Es, según describió, “un ejercicio que nos afine el alma”.

“No es un proyecto nuevo en el mundo; se hace en otros países y yo he visto varias notas de diferentes lugares donde se ha puesto en operación y a mí me pareció una idea importante como comienzo para este año en un país donde la violencia y la intolerancia, son la línea de vida”, expresó el salubrista.

Esa acción solidaria de tomar en cuenta a alguien que no conoces “es sencillamente un estímulo a que el prójimo, aun cuando no se vea, está presente en nuestra conciencia colectiva”. 

“Es dar sin mirar a quién. No se trata de que los comercios van a regalar nada, nadie se beneficia económicamente porque el café lo van a vender como quiera. Es básicamente buscar la forma de que haya esa correlación que tanto hemos perdido sin que medie un asunto de pena y lástima”, abundó.

¿No podrían los comercios aprovecharse para vender más café?

La idea es promover lo que no tenemos y de algún sitio tenemos que partir. La confianza no se gana abundando en la desconfianza. No muchos negocios estarán dispuestos.

Esta misma semana Vargas Vidot  tendrá reuniones con dueños de comercios y directores de asociaciones que han mostrado interés en la iniciativa “que no es un fundraising”.

“Cuando vi esta estrategia dije, ¿por qué no? Al principio va a ser un poco raro”, anticipó.

El gesto de dar no debe verse desde la mendicidad. Por eso, para el salubrista es importante que se provoque al amor y a la confianza. “Es levantar capital social y capital de enlace. No se debe ver la pobreza nada más en la ausencia de dinero”.

En un principio, Café Pendiente comenzaría en una fase piloto y ya se trabaja en el cartel que se colocaría en los comercios que adopten el proyecto.

“Los negocios que digan que sí tienen que estar conscientes de que tienen que hacer una política más abierta para la persona que deambula. Ese negocio se caracterizaría por estar abriendo las puertas de la generosidad”, subrayó.