El Festival de la Novilla, en el pueblo de San Sebastián, celebró este domingo 40 años con el desfile de más de 30 pintorescas carrozas y comparsas alusivas a las tradiciones y la cultura puertorriqueña de las postrimerías del siglo 19 y principios del siglo 20. 

El público que se congregó a lo largo de la carretera PR-111, en el montañoso pueblo, pudo observar estampas típicas que mostraban, desde la meticulosa confección de pasteles, la tradicional crianza de caballos de paso fino, la figura del leñador, la afición a las galleras y hasta las fiestas navideñas de antaño.

Las carrozas estuvieron precedidas por los personajes que, cada año, encabezan la tradicional festividad: la novilla adornada con flores, que este año desfiló montada en un carretón rojo confeccionado expresamente para la ocasión; La Titina, que representa a la jíbara que se engalanaba para asistir a las fiestas del pueblo, y “los negritos pintaos de amarillo y colorao”, que caminan la ruta entonando estribillos de plena. 

“Cada año, hemos ido mejorando porque tenemos la colaboración del pueblo. Realmente, nos ayuda mucho la comunidad. Lo que buscamos es que las personas jóvenes se involucren para que conozcan las tradiciones. Tenemos muchos colaboradores que nos han brindado su ayuda porque conocen la labor que realiza Altrusa. Este es un proyecto de servicio para que, quienes vienen, conozcan las tradiciones pasadas ya olvidadas”, indicó a este medio Sylvia Juarbe, presidenta de la organización Altrusa Internacional de San Sebastián. 

Juarbe indicó que, como este año el festival pepiniano celebra 40 años, el carretón que transportaría la novilla sería rojo, al igual que la vistosa vestimenta de La Titina, en alusión al rubí, piedra que caracteriza los cuadragésimos aniversarios. 

Explicó que cada comparsa se divide en distintas categorías, como ballet folklórico, escolar, comunidad, instituciones y empresas, y un jurado compuesto por nueve pepinianos evaluaría cada grupo y, al final, se otorgarían a las más destacadas premios de $900, $700 y $500. También el festival otorga un galardón máximo a la mejor carroza con un valor de $1,500. 

“El jurado busca lo que les llama la atención, la recreación que se haga. Puedes tener una comparsa muy bonita, pero hay que hacerlo en vivo, tiene que ser un escenario artístico. Las personas (en la carroza) tienen que recrearlo”, dijo Juarbe sobre los criterios que se toman en cuenta al conferir los premios. 

Para esta edición, se registraron 30 comparsas, pero esa cifra no incluía las bandas y batuteras que se dan cita a la celebración, y los personas típicos que anualmente lideran el festival. 

Los organizadores del evento esperaban la asistencia de unas 100,000 personas, cantidad similar a la que ha acudido en años recientes.