En medio de la crisis económica que se vive en el país y ante la creciente práctica de importar productos alimenticios del extranjero, los agricultores pequeños en Puerto Rico deben explorar nuevos métodos para convertir el fruto de su trabajo en mejores ingresos económicos, explicó hoy, domingo, el tecnólogo agrícola Antonio Rullán.

Como parte de la charla “El Proceso de crear Productos Agrícolas de Valor Añadido” que celebró en el mercado agrícola de la placita Roosevelt de Hato Rey, Rullán explicó que los agricultores no deben cruzarse de brazos y deben comenzar a llevar ellos mismos sus productos a los consumidores

“Usualmente el agricultor es el menos que gana en la cadena de alimentación”, dijo Rullán, de 25 años y gestor de la corporación sin fines de lucro Bensol.

Según Rullán, al agricultor pequeño no le conviene que intermediarios compren los productos que cultiva a precios bien baratos para luego revenderlos a mayor costo en distintos establecimientos. Es ahí, dijo el experto, donde se reflejan las mayores ganancias.

“Lo están cogiendo de burro, él hace todo el trabajo duro, está todo el año cuidando esos plátanos, usando abonos, perdiendo horas de trabajo. Entonces, los vende a 35 chavos el plátano y no ganan nada. Pero el próximo, el que lo coge a 35 chavos, lo vende a $1. Él es el que está ganando, ese es el revendón, el tiburón, el que lo lleva a las plazas de mercado… Ahí pierde el agricultor”, aseveró.

“Mi consejo es para pequeñas producciones, ya que una producción grande hace sentido venderlo al por mayor, pero si tienes una producción pequeña, pues sales mejor venderlo tú directamente, venir a mercados orgánicos y venderlo directamente. Ahí el $1 es completo para ti”, afirmó Rullán, quien cultiva dos cuerdas de una finca de Utuado.

El conferenciante, quien tiene un grado asociado de Ciencias Agrícolas del recinto de Utuado de la Universidad de Puerto Rico (UPR), identificó al menos cinco mercados agrícolas orgánicos en Puerto Rico donde el agricultor podría vender directamente su producto, ubicados en Rincón, Aguadilla, Ponce, Hato Rey y Viejo San Juan.

Incluso dijo que los labradores de la tierra pueden ir más allá y llegar directamente a restaurantes. Puso como ejemplo la posibilidad de llegar a acuerdos con varios establecimientos y acordar entregas el mismo día para llevar directamente su producto a esos negocios.

Rullán dijo que el agricultor pequeño debe explorar métodos creativos de mercadear su producto y no limitarse a venderlo tal y como lo sacó de la tierra. Por ejemplo, dijo que se obtiene más dinero vendiendo jugo de china que el fruto como tal y se puede alargar la utilidad de un producto tan consumido en la Isla como el plátano si antes de perderse se pica, se fríe y se vende como platanutres.

“De nuevo, eso depende del tamaño, si tienes 18 quintales de china, no vale la pena que lo hagas jugo”, explicó Rullán.

Explicó que esta práctica tendría un efecto positivo en la economía en general porque otros negocios que se verían involucrados en la producción –como los envases para los productos– también prosperan.

En el caso de Bensol, la corporación que dirige, Rullán dijo que se han enfocado en preservar productos para luego vender variantes, como barras de energía con coco, moringa y guineo, té empacado de moringa y jengibre y harina de pana.

“Hay que aprender un poco de mercadeo, hacer una etiqueta, son procesos que uno se prepara un poco pero una vez tiene el sistema no es difícil realmente. Y ya sacas un producto de más valor y esta preservado”, sostuvo.

Rullán describió que la pana es otro ejemplo de un producto que se puede aprovechar al máximo, ya que además de vender el fruto, puede mondarse, picarse, secarse, molerse y empacarse, y la puede vender en harina.

Esto (la pana) ya para mañana no se va a vender. Pero esto (la harina) yo la guardo por dos años y lo vendo cuando me da la gana. Esa es la otra diferencia, tú controlas el poder de mercadeo y eso es bien poderoso”, sostuvo.

¿Y qué se hace con harina de pana?, se le preguntó.

“Mis favoritos son los ‘panacakes’”, dijo, en alusión al popular desayuno, pero explicó que hay diversidad de opciones, como usarla en sopas o para bizcochos y almojábanas.

Pasos para el producto agrícola de valor añadido

1 - Educarse en preservación: hay información muy valiosa en libros e internet

2- Ser creativo: reflexiona sobre formas adicionales de vender tu producto

3- Educar al consumidor de las bondades y beneficios de tu producto