Un proyecto de ley busca que varios establecimientos comerciales ubicados en La Placita de Santurce, así como en la tradicional Calle Loíza del Municipio de San Juan, sean ahora designados como ‘Centros Gastronómicos y Culturales Metropolitanos’.

El objetivo de la medida es resaltar el valor turístico y promover que el más visitantes acudan a estos vitales sectores para el desarrollo económico de la capital, según el autor de la medida, Eddie Charbonier.

“El fin de esta medida es reconocer ambos sectores como pilares gastronómicos que redundan en beneficios económicos con el valor turístico de los mismos. De igual forma, que se declaren ambos sectores como portaestandartes de la cultura puertorriqueña donde se reconozca su aportación a nuestro crecimiento como pueblo para beneficio de estas y futuras generaciones. Con la presente medida se pretende además realzar el valor turístico de la zona”, comentó eCharbonier Chinea.

El Proyecto de la Cámara 897 autoriza a la Compañía de Turismo de Puerto Rico y al Instituto de Cultura Puertorriqueña a desarrollar en conjunto de planes de mercadeo, promoción y apoyo de estos sectores.

 La Placita de Santurce fue establecida hace aproximadamente 100 años, en unos predios donados el estado, con la condición de que en dichas tierras fuera construida una Plaza del Mercado. Luego de su establecimiento, su estructura original ha sufrido grandes cambios con la ampliación del área de venta de productos locales, la construcción de locales aledaños y el establecimiento de restaurantes y barras integrando elementos culinarios locales e internacionales a la ya existente y conocida oferta gastronómica del área.  

La Placita de Santurce es hoy, sin lugar a duda, uno de los lugares más alegóricos, sociales y culturales de Puerto Rico, hogar de reunión de una diversidad de clases sociales e icono de nuestra esencia como pueblo, por lo representativo de nuestra diversidad y excelencia en gastronomía.

Por su parte, Calle Loíza tiene una larga historia de desarrollo, transformación y cultura. Sus rincones cobijan el desarrollo de la carretera que conducía de San Juan a Loíza, edificios arquitectónicos y frontera de diversas comunidades.  

Con el paso de los años fueron estableciéndose diversos tipos de negocios, cambios generacionales y culturales y la mudanza de grupos de trabajadores que dieron vida laboral a la ya reconocida área. Su transformación ha sido de tal magnitud que actualmente es lugar de referencia gastronómica y cultural, con muy buenas y variadas opciones. Se pueden encontrar restaurantes de cocina local, caribeña, especializadas en mariscos y restaurantes de corte internacional. Su variedad gastronómica es reconocida local e internacionalmente y se perfila como una de las zonas de mayor crecimiento gastronómico, económico y cultural del área metropolitana.