El cirujano general de los Estados Unidos, Vivek H. Murthy, dijo ayer que es necesario seguir  investigando   los efectos de la marihuana para atender ciertas condiciones de salud, antes de adoptar política pública sobre el asunto. 

“Pienso que nuestra política respecto a la marihuana debe estar dirigida por la ciencia”, sostuvo el funcionario federal a preguntas de Primera Hora. 

Argumentó que aún no hay “suficiente prueba científica que nos diga que la marihuana es tanto segura como efectiva para tratar condiciones médicas, y hasta que no tengamos eso va a ser difícil que yo apoye su utilización para fines médicos”.

Al culminar una reunión con la Junta Editorial de GFR Media, Murthy indicó que es necesario someter “la marihuana a los mismos estándares a los que sometemos cualquier medicamento que queramos utilizar con un paciente”.

Aunque aceptó que hay que agilizar las investigaciones “e invertir más dinero”, dijo que le “alegra poder decir que el Instituto Nacional de la Salud tiene 60 o más estudios que está llevando a cabo sobre la marihuana”.

Además, mencionó que “la administración del presidente (Barack) Obama ha reducido los obstáculos para llevar a cabo” esas investigaciones, y que también ha reducido “alguna de las barreras administrativas”  a esos fines.

“Esto es bueno porque queremos más ciencia, de tal manera que podamos entender cuál es el verdadero impacto de la marihuana. Luego debemos tomar nuestras decisiones sobre la política de la marihuana basada en esa ciencia”, afirmó.

A su juicio, se corre mucho riesgo si no se analiza científicamente el asunto porque “podemos terminar con una situación en la que le decimos a las personas que está bien utilizar la marihuana en ciertas condiciones, pero no sabemos exactamente cuál es la dosis; cuánto tiempo debe usarla; no sabemos cuáles son los efectos secundarios y no tenemos prueba suficiente de que la marihuana es efectiva para esa condición, y ese no es un buen enfoque para la medicina”. 

“Queremos asegurarnos de qué estamos haciendo la investigación primero y la política después”, concluyó.

En Estados Unidos son 23 lo estados que han legalizado el uso de la marihuana medicinal o recreativa. 

Aquí, el Departamento de Salud aprobó el 8 de julio pasado, el Reglamento 8766, que dispone las normativas para el uso, posesión, cultivo, manufactura, fabricación, dispensación, distribución e investigación del cannabis medicinal.

Mientras, el jueves pasado el Departamento de Salud le adjudicó a la compañía BioTrack THC  una subasta  para implantar el sistema de rastreo del cultivo de cannabis, desde la selección de semilla hasta su dispensación.

En su página web, la entidad informa sobre los trámites para poder producir aquí el cannabis para fines medicinales.

En cuanto a pacientes y médicos, está disponible la solicitud para la  tarjeta de identificación de pacientes; la del registro de médicos para la recomendación del cannabis y la certificación médica para el uso de cannabis medicinal.

En cuanto a los establecimientos, ya pueden llenar las solicitudes los que quieran licencias de cultivo, de dispensario,  distribución, laboratorio, manufactura y  transporte, entre otras.

 Yerba en lista peligrosa

El Departamento Estadounidense Antidrogas (DEA) anunció ayer que mantendrá la marihuana en la lista de las drogas más peligrosas, donde se encuentra junto con la heroína y el éxtasis, aunque flexibilizó la normativa referente a su investigación y cultivo con fines científicos.

“El Departamento de Salud ha determinado que la marihuana cuenta con un elevado potencial para el abuso (...) por lo que la DEA ha determinado que debe mantenerse en la Categoría 1 de sustancias bajo la ley de Sustancias Controladas”, indicó Chuck Rosenberg, director de la DEA, en una carta en la que rechaza la solicitud de sacar la marihuana de esta lista prioritaria.