El mural en tributo al fenecido cantante Ismael “Maelo” Rivera en Villa Palmeras, Santurce, amaneció hoy derribado en su totalidad.

Después de que algunos pedazos fueran tumbados el domingo, la pared con la pintura en honor al denominado Sonero Mayor fue lanzada al suelo a marronazos y la hermana del artista, Ivelisse Rivera, reaccionó compungida ante la situación.

"Tengo mucho coraje e indignación y tengo miedo que este proyecto, que prometía tanto, no pueda llevarse a cabo porque hay un grupo de sicarios que lo está impidiendo", dijo Rivera al referirse a planes de la Fundación Ismael Rivera.

La mujer estimó que personas vinculadas a un punto de drogas destruyeron la pared y el mural, pintado hace 25 años en la calle Calma, rebautizada hace un tiempo con el nombre de su hermano.

"¿Por qué hay que hacer lo que deciden unos bandoleros?", planteó entristecida al instar a los ciudadanos a proteger la memoria del vocalista. "Defendamos esto. Es hora de que nos unamos todos para salvar el patrimonio de Maelo", sentenció.

A preguntas de este medio, Rivera no descartó que con la ayuda de la gente y del Municipio de San Juan, eventualmente se pueda crear otro mural como tributo al artista y "que pueda estar más expuesto al público".

Sin embargo, lamentó la destrucción del mural, ocurrida a poca distancia del callejón Concordia, donde está enclavada la casa de su fenecida progenitora y donde por años también residió Maelo. La residencia es un museo con premios del artista, así como con cuadros que resumen su trayectoria musical.

La casa está localizada frente a un solar de la familia Rivera y en ese lugar se tiene previsto construir una estructura moderna para albergar una biblioteca, un salón de música, así como la nueva sede de la Fundación.

La destrucción de la verja que delimita el acceso a parte de ese solar fue la razón de un conflicto con un vecino. Rivera reclamó en corte la reconstrucción de la verja y pensó que el pasado viernes el asunto quedó resuelto, cuando la persona llegó a un acuerdo para restaurarla.

En el tribunal el individuo pidió disculpas a Rivera. Posteriormente, ese mismo día se constató que la verja fue restaurada. Sin embargo, también ese día fue vandalizado el mural, ya que alguien borró con pintura blanca el rostro de Maelo.

El pasado domingo, también se denunció públicamente que parte del muro con la pintura del Sonero Mayor había sido derribado. Al parecer ese mismo día en la tarde, personas vinculadas a un punto de drogas, terminaron de destruir el homenaje al querido artista.

Rivera en un momento dijo que consideraba reabrir una denuncia en contra de la persona con la que tuvo el conflicto por el derribo de la verja frente a la Casa Museo de Maelo y quien la amenazó con pintar el mural, como ocurrió antes de que fuera derribado.

Aclaró que a ella no le consta que esa persona haya participado en la destrucción del muro y reclamó paz ante la incómoda situación que experimenta junto a su familia y los que aprecian la memoria de su hermano.

Reclamo de unión

"Me gustaría estar en paz con todos y con él", dijo Rivera al referirse al joven que emplazó en corte por el derribo de una verja, después que llevaron a pastar caballos enanos en el solar de su familia.

Recordó que en el tribunal el muchacho se excusó con ella por proferirle palabras soeces y por el problema con la verja. Además, en el tribunal ese hombre le manifestó "no la voy a molestar, voy a protegerla", recalcó.

Por eso, Rivera dijo que le gustaría hablar con el muchacho para saber "si se le fueron por encima" (los del punto) y sin su conocimiento destruyeron el mural.

 "Yo no quiero problemas con él, ni con el vecindario", agregó en tono conciliatorio y después de no descartar que un nuevo mural de tributo a su hermano pueda crearse en otro lugar.

Además, se mostró esperanzada de que el proyecto de la Fundación Ismael Rivera pueda llevarse a cabo y construir en el lugar donde creció Maelo la biblioteca, el salón de música y el nuevo museo, cuyos planos están diseñados hace algún tiempo.

En diciembre pasado, trascendió que individuos vinculados al trasiego de drogas en Santurce llegaron a utilizar como "escondite" la casa museo del callejón Concordia, según denunció la Policía, después que intervino en ese lugar con varios individuos y se confiscaron drogas en el interior de la estructura propiedad de la Familia Rivera.

 "Aparentemente tenían una llave maestra y entraban de noche a la casa", dijo Rivera cuando se le preguntó sobre la situación reportada por la Policía y que le indignó y sorprendió profundamente. En ese momento, las personas que entraron a la casa respetaron la memoria del artista y no hubo vandalismo en el interior de la estructura.

El domingo, después de la decepción sufrida al ver destruido el mural que por dos décadas era uno de los tributos más apreciados para Maelo, Ivelisse entró a la casa y admiró el busto de su hermano, las maracas con las que marcó la clave en sus primeros años de carrera y también el sillón de Doña Margot, su madre, en una habitación contigua a la que fue el dormitorio del sonero.

Rivera destacó que a la casa museo llegan turistas de distintos países, así como estudiantes y también la han visitado muchos cantantes amigos de su hermano.

En las paredes de la humilde casita se aprecian también afiches de grandes eventos amenizados por Ismael Rivera y la placa que recibió el Primer Día Nacional de la Salsa, otorgada por la emisora Z-93. También están los recortes de periódicos con las primeras planas del 17 de mayo de 1987, cuando se produjo el sepelio del músico.

En la cúspide de su carrera, aunque Maelo estaba radicado en New York, al viajar a Puerto Rico "prefería quedarse en la casa, aunque llegaba con hotel pago" por los productores, recordó Ivelisse, una de cuatro hermanos del Sonero Mayor.

Por eso, destacó la importancia de esa estructura cercana a la calle Calma, hoy calle Ismael Rivera, donde personas desalmadas "profanaron la memoria" del "gran músico", según dijo un vecino de Villa Palmeras quien prefirió no identificarse por temor a represalias, y quien aseguró a este medio que los destructores del mural "son extranjeros, que ni siquiera viven en la comunidad", pero vienen a "vender veneno" que, según recalcó, "entierra en vida a muchachos de familias buenas".