Alejandro Lebrón cumplió con su turno de trabajo de 12 horas ayer a eso de las 5:00 p.m. pero al tener su residencia en Maunabo -y anticipando que el azote del huracán María llegaría de madrugada- decidió quedarse en un motel de Caguas con tal de asegurarse que cumpliría con su turno de hoy, día del huracán María.

“Nuestro trabajo es proteger vida y propiedad”, dijo.

Así que causó enorme sorpresa cuando llegó al Coliseo Roberto Clemente uniformado, pero bañado en agua de lluvia. Entró por la puerta de la oficina de administración y dos o tres le advirtieron que la alcaldesa Carmen Yulín Cruz lo regañaría por haber expuesto su vida en medio del temporal.

Cruz terminó tomándose una foto con el agente.

“Tenía que irme por la orillita. Había muchos palos en el piso”, dijo Lebrón al describir el trayecto que cubrió por la carretera PR-1 hacia el Roberto Clemente. Finalmente, llegó al complejo deportivo a las 5:00 a.m. pero encontró el portón cerrado.

“Llamé a Centro de Mando. Me dijeron que empujara el portón y lo hice, pero no abrió así que me fui a Plaza las Américas”, dijo al recordar cómo se bajó de su auto en medio de vientos huracanados.

Lebrón, de 46 años, lleva 19 trabajando en la municipal.