El timbre sonó ayer por primera vez desde hace mucho en la escuela superior Trina Padilla de Sanz, de San Juan. Esta vez la agenda escolar era distinta. Los estragos del huracán María obligaron el cambio. Estudiantes y maestros del plantel se reencontraron y, en una emotiva ceremonia enmarcada por el amor a la patria, dieron rienda suelta a un mensaje de unidad y esperanza en medio de la difícil situación que enfrenta el país.

La emoción del reencuentro de los alumnos con sus compañeros emergía en el ambiente. Escenas de abrazos, besos y las preguntas sobre las experiencias vividas se observaban por todos los pasillos del plantel. 

Como antesala a la actividad, el viernes pasado un grupo alumnos -encabezados por el presidente del Consejo de Estudiantes, Gabriel Castro Sarmiento, de 18 años-, creó el movimiento “La Trina se Levantó” para dar a conocer que todo estaba listo para el reinicio de clases. 

“El llegar a la escuela y ver que tenía árboles caídos, por ejemplo, fue algo muy impresionante porque uno estaba acostumbrado a ver algo tan lindo, tan organizado y de momento ver tanta destrucción en un lugar tan familiar para ti es muy impresionante. De ahí surgió “La Trina se Levantó”…Ese deseo de querer levantar nuestra escuela y traerla lo más posible a una normalidad”, expresó Gabriel a Primera Hora. 

Durante la actividad de confraternización, que se llevó a cabo en el centro de la escuela, se recitaron poemas, se expresaron mensajes de solidaridad y la clase de Danza y Movimiento Corporal de la profesora Lyulma C. Rivera montó una coreografía con la canción Preciosa, compuesta por Rafael Hernández e interpretada por Marc Anthony.

Edwin Rosa, maestro de inglés del undécimo grado, hizo un recuento de las lecciones aprendidas por sus alumnos durante el huracán. Destacó los baños con cubos, la falta de electricidad, el tiempo con la familia, conocer a los vecinos, los menús de salchichas y jamonilla y, sobre todo, que aprendieron a tener paciencia.

“Los estudiantes necesitaban estar en la escuela, este es el centro vivo en las casas como que seguimos en el mismo círculo de buscar hielo, de buscar agua, de que no hay luz, de que hay que ir a hacer compra. Yo creo que en esto colaboramos con los papás para que la carga sea un poquito menos pesada en este proceso”, sostuvo Luis Amador, director del plantel. 

La escuela cuenta con 435 estudiantes de los cuales estima que alrededor de 20 han viajado para radicarse en los Estados Unidos. Dos maestros y cinco alumnos sufrieron la pérdida de sus hogares.