El grupo de mayor riesgo, según se desprende de las estadísticas, son hombres homosexuales que mantienen relaciones íntimas con desconocidos en baños públicos.

La infectóloga del Centro Latinoamericano de Enfermedades Transmisibles (CLET), Ángeles Rodríguez, dijo que “han regresado conductas de riesgo que hacía tiempo se habían controlado, porque le tenían miedo al VIH”.

Por ejemplo, “tenemos a la población joven de entre 15 y 25 años acostumbrada a tener relaciones anónimas; que eso se había perdido; ya la habían dejado”, mencionó.

“Los baños, que también se llaman cuartos oscuros, porque la gente entra y no hay luz, son sitios para tener sexo anónimo y se tiene sexo con el que se coja con la mano”, alertó.

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Primera Hora supo que hay uno en la zona metropolitana.

La doctora aceptó que la población entre los 15 y los 35 años, cuando nació, “ya el sida (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) estaba controlado y no han visto el impacto real de esta enfermedad sobre una persona. Fuimos exitosos tratando de quitar el estigma, simplificar la enfermedad… y entonces se cambió a una vida de antes de los (años) 70 y volvimos a todos estos comportamientos de riesgo”.

Dijo que muchos ahora no se preocupan por infectarse porque dicen que “eso se puede tratar con una pastilla al día”.

Argumentó que esa supuesta tranquilidad también lleva a muchos a procurar relaciones a través de la internet, por ejemplo usando la aplicación Grindr (Gay chat, meet & date) “donde la gente pone su perfil y lo escoges o te escogen. Se contactan para tener una relación”, explicó sobre la aplicación de las cuales hay otras en el mercado. Esto incluye a parejas desconocidas en o fuera de la Isla.

Nefasta confianza

En muchos de estos sitios la costumbre es tener relaciones sin protección. Y las consecuencias son nefastas.

Uno que se estremeció cuando supo que tenía sida fue José Díaz, de 65 años de edad, quien compartió que en un “desliz” tuvo una relación con otro hombre sin protección. Se contagió hace 22 años.

Díaz estudió filosofía, teología e hizo una maestría en análisis decisional. Estuvo a punto de ser sacerdote.

“Estaba soltero, me estaba protegiendo, me hacía la prueba (de VIH) anualmente y llega el momento que como uno cree que pasan dos o tres años haciéndose la prueba y sale negativa, que ya terminó la función de hacerse la prueba”, confesó.

Luego de no chequearse por dos años hubo “un desliz, no hubo protección y así fue que se me transmitió el VIH”.

Por eso la infectóloga reitera la importancia de protegerse durante una relación sexual, pues hay un incremento en nuevos casos de sida entre hombres que tienen sexo sin protección.

Aumentó de 21% en el 2006 a 49% en el año 2015.

También representa el modo de transmisión mayormente reportado de la población diagnosticada con VIH entre 13 y 34 años.

La especialista ejemplificó que “los otros días tuvimos un pequeño brote donde tres muchachitos (15, 16 y 17 años) se fueron a janguear en el senior prom y se infectaron con sífilis y VIH. Se supo cuando el de 16 cayó en el hospital… Se notificó, se buscaron los contactos y había dos muchachos más infectados. El muchacho no había dicho nada…”

La especialista Rodríguez explicó, al parecer, luego del festejo los muchachos “subieron a un party bus y sostuvieron relaciones con alguien que estaba infectado”.

El grupo usó un coctel de medicamentos al mezclar Viagra, Ecstasy y Truvada. La última es una pastilla para quienes están en alto riesgo de contraer VIH; “el Ecstasy te permite obtener un high y tener un aumento en la sensación y en la excitabilidad y la Viagra hace que tengas una erección por mucho tiempo”.

Rodríguez explicó que otra práctica con efectos funestos es el turismo sexual. Indicó que hay hombres que viajan a otros países para sus encuentros íntimos con desconocidos, pero también hay otros que llegan aquí “con el único propósito de tener relaciones sexuales”. 

Por eso José Díaz, quien vive en carne propia la condición, alerta que esta enfermedad no “es glamorosa”. 

“Hay que ser responsable. Eso es lo que yo le pediría a los jóvenes. Te expones a que te dé culebrilla, el virus de papiloma humano, cáncer (lo padeció), porque esto no es solamente VIH, es que se complica con otras enfermedades oportunistas”, indicó el hombre cuyo VIH no es detectable en pruebas de sangre. 

Asimismo comentó que "el freno mayor por el cual las personas no se realizan la prueba es el estigma y el discriminen" que se mantiene igual al de los ochentas pero de una manera sofisticada.

Mientras, la doctora Rodríguez añadió que es importante hacerse la prueba de VIH, por lo menos una vez en la vida. Y si está en grupo de riesgo, con más regularidad.