Son jóvenes y ya tienen indicadores de trastornos alimentarios, están insatisfechos con su imagen corporal y sufren de  sobrepeso u  obesidad.

Según una  investigación realizada por estudiantes y profesoras de la  Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Cayey, el 11% de los estudiantes que participaron en la encuesta  tiene indicadores de este problema en la conducta y el 20% siente insatisfacción moderada o extrema con su imagen corporal.

Además, el 31%  de la muestra, compuesta por 460 estudiantes del recinto -entre 18 y 25 años de edad-, presentó sobrepeso u obesidad y el 6% estaba bajo peso.

Esto es preocupante debido a las consecuencias detrimentales que tiene para la salud   una alimentación inadecuada, en particular, para  este sector de la población que está en edad productiva.

Los trastornos alimenticios, relacionados  generalmente con una  insatisfacción con la imagen corporal son manifestaciones extremas de una variedad de preocupaciones por el peso y la comida, que incluyen la anorexia, la bulimia y comer compulsivamente.

“Si hay una mala alimentación en la infancia, si hay mala alimentación en la juventud, obviamente nuestros indicadores de enfermedades, como diabetes y obesidad, van a ir en aumento”, compartió con Primera Hora una de las investigadoras, la doctora en Psicología Juana Castillo Muñoz.

Además, los desórdenes  alimenticios “de los trastornos en salud mental más graves, porque se acompañan casi siempre de tendencias suicidas”, destacó, por su parte, la también doctora en Psicología e investigadora del estudio, Antoinette Alom Alemán.

Llamamiento urgente a tomar acción

La población universitaria, así como los adolescentes, es particularmente vulnerable a estos trastornos mentales.

En cuanto al 11% con indicadores  –una cantidad típica en este  tipo de estudio–, se informó que el vómito autoinducido es la conducta más utilizada para adelgazar, seguido de los laxantes y diuréticos.

Solo el 2%  presentó ideación suicida.

 “Es preocupante porque el cuerpo es lo que tenemos. El que tú estés constantemente con esa preocupación por tu cuerpo, pues, subjetivamente tiene que hacer un impacto en tu estar cotidiano”, dijo Alom Alemán.

“Cuando tú eres joven y no estás contento con tu imagen corporal, no puedes proyectarla”, agregó, por su parte,  Castillo Muñoz.

Sin embargo, el 34% de los que no presentan indicadores, tiene algún síntoma clínico como el vómito, lo que es igualmente  preocupante.

“¿Por qué esa agresión sobre el cuerpo cuando podrías hacer más ejercicio, moderar las comidas?”, cuestionó Alom Alemán.

Sobre el 20% que tiene inconformidad  moderada o extrema con su imagen corporal, Alom Alemán añadió  que “hay mucha insatisfacción y la mayor parte (25%) de esa insatisfacción es femenina”.

En particular, las mujeres insatisfechas con la apariencia de su cuerpo se valen más de los vómitos autoinducidos, laxantes y atracones que los hombres insatisfechos.

Entre estos encuestados, hay mucho miedo, por ejemplo, a ser visto en lugares donde se expone el cuerpo, a estar desnudo o mirarse al espejo.

Sobre si estarían dispuestos a una cirugía para modificar el cuerpo, la investigación -titulada Estudio sobre Imagen Corporal y Trastornos Alimentarios en Universitarios- reveló que uno de cada cuatro jóvenes desearía hacerse una cirugía, y la mayoría son mujeres.

“Hay que enfrentarse a ese discurso dominante de la belleza que no tiene que ver con salud”, expuso, por su parte, Castillo Muñoz. 

“El cuerpo no es una cosa. No es una cosa que yo le pongo maquillaje. El cuerpo soy yo. Es lo que yo tengo. Es con lo cual yo me represento. Tiene que ser un cuerpo saludable. Quiero vivir muchos años. Quiero ser feliz. Quiero ser sano. No quiero estar enfermo”, enfatizó la investigadora.