La idea de restaurar los mangles en el país de forma más eficiente motivó al director científico del Programa del Estuario de la Bahía de San Juan, el doctor Jorge F. Bauzá, a crear una técnica sencilla pero a la vez eficaz para sembrar estas plantas.

La técnica, que se conoce como técnica de restauración Bauzá, consiste en la siembra de cuatro plántulas de mangle rojo, que se amarran alrededor de una estaca de madera con una cinta biodegradable. De acuerdo con su creador, esta técnica ha demostrado ser es más exitosa que otros métodos de siembra implementados en el estuario.

“Es una técnica sencilla y rápida. Sembramos cuatro plántulas que unimos alrededor de una estaca de madera con una cinta biodegradable. Esto ayuda a que las plántulas se mantenga firmes en lo que sacan raíces. Al sembrar cuatro plántulas, en lugar de una, las raíces se entrelazan y crean un armazón que las ayuda a anclarse en el terreno. La estaca les proporciona soporte y protección a la plántula durante el desarrollo de las raíces”, explicó el perito.

Bauzá apuntó que anteriormente habían utilizado la técnica de encapsulado Riley, en la que plantaban una plántula en tubos de plástico (PVC) para protegerlas del impacto de las olas. Sin embargo, las plantas tardaban más en desarrollarse, además de que esos tubos no son biodegradables y –desde el punto de estético- no lucen bien.

“La madera, al ser un material orgánico, no contamina como el plástico”, acotó.

El experto compartió que este sábado, un grupo de empleados de la compañía de MillerCoors ayudó a sembrar 200 mangles rojos en la península La Esperanza, en Cataño, mediante la técnica que él promueve. Además de la siembra, los voluntarios realizaron labores de limpieza y monitoreo de calidad de agua.

Como parte de la actividad, MillerCoors entregó un donativo de $5,000 al Programa del Estuario.

El doctor en oceanografía expresó que las plántulas sembradas hoy deberán comenzarán a echar en tres semanas. Agregó que dentro de unos tres años, ya deberán haber conformado un pequeño bosque.

¿Por qué proteger los mangles?

Según explicó Bauzá, los manglares proporcionan hábitat para muchas especies y son viveros para peces y crustáceos. Una vez establecidos, sirven también como barreras naturales contra la erosión costera debido al aumento del nivel del mar, huracanes, tsunamis y marejadas.

De hecho, indicó que los estudios han demostrado que un bosque de manglar de 200 metros de ancho puede detener el embate de un tsunami de 30 a 40 pies en un 90%.

Por otra parte, ayudan en la eliminación de los contaminantes antes de que entren las aguas costeras adyacentes.

La siembra de mangle rojo (Rhizophora mangle) a lo largo de las costas de la península La Esperanza mejorará el hábitat costero de la zona y ayudará a compensar la pérdida del manglar que originalmente se encontraba en este estuario.

El Estuario de la Bahía de San Juan está localizado al norte de Puerto Rico. Está constituido por la Bahía de San Juan; las lagunas del Condado, San José, Los Corozos, Torrecilla, Piñones; los canales San Antonio y Suárez; y el Caño Martín Peña. En sus aguas viven especies en peligro de extinción, como el tinglar y el manatí, y ocurren actividades cruciales para el desarrollo económico y la seguridad alimentaria de Puerto Rico.