Mayagüez. Al tiempo en que se da una apertura de parte del Departamento de Educación para integrar la filosofía de enseñanza Montessori dentro del currículo escolar en algunas escuelas del país, la directora de la Casita Montessori de Mayagüez destacó el logro que ha obtenido esta institución a una década de haber sido establecida en la Sultana del Oeste.

Emilie Viqueira Keller, directora del centro, ubicado en la carretera 3349 en el sector conocido como Cerro Las Mesas, afirmó que esta aceptación “es una revolución silente y necesaria ante la exigencia de un cambio en la forma de educar. Montessori ha sido hasta ahora el único método de educación alterna aceptado dentro del sistema público y eso es un gran paso para la educación alterna”, reiteró. 

Hace veinticinco años, el sistema Montessori fue establecido en el Oeste. Inició en Cabo Rojo y hoy cumple su décimo aniversario de fundación en Mayagüez. Esta faceta de directora de escuela – poco conocida por quienes han celebrado las victorias que Viqueria Keller le ha brindado a Puerto Rico en los Campeonatos de Tenis profesional – se debe precisamente a la disciplina que adquirió del deporte, según cuenta.

Aunque su preparación académica ha sido en planificación económica y urbana, para Viqueira Keller, la exigencia deportiva que fijó en sus oportunidades dentro del deporte del Tenis por más de 20 años en Juegos Centroamericanos, Panamericanos, Preolímpico y cinco campeonatos, le colmaron de una “perseverancia físico espiritual”, que abonó al éxito obtenido dentro del reto de dirigir una escuela.

“Cada nivel y cada ambiente de una escuela Montessori, atiende a las etapas del desarrollo individual de cada estudiante. Atiente a las necesidades y características de esos niños que están en desarrollo hacia la adultez”, explicó.

Los niños reciben las lecciones por parte de una maestra-guía y una vez digerida la información se convierten en sus propios maestros entre sí. El ambiente educativo responde a las manos de los niños.  

Basta con entrar al salón comedor de la Comunidad Infantil (etapa que responde en el método tradicional al pre escolar con niños de 1 a 3 años de edad) para percibir lo efectivo del método con una evidente paz y orden en las mesas.

Catorce infantes pasan por un sistema de bufet en el que eligen sus propios alimentos, se sientan en una mesa larga y comen libremente en platos y utensilios de cristal o porcelana. No hay desastres en la mesa. Todos se saben comportar.

El ambiente en la Casa de Niños (lo que conocemos como un kínder con niños de 3 a 6 años), es igual. Una asistente supervisa el servicio y las porciones de alimento que cada quien toma voluntariamente, incluso del menú vegetariano.   

Los ambientes Montessori son formados por la práctica de las destrezas de la vida cotidiana, donde hacen sus tareas regulares del hogar a la vez que desarrollan el enfoque en trabajos de estimulación sensorial, idioma, matemáticas, ciencias naturales, ciencias sociales, etc.

Lo que conocemos como la escuela elemental en Montessori pasa por las etapas I y II con niños de 6 a 12 años. Se les puede ver en un ambiente de lectura, juegos matemáticos, mapas, computadora y un sinfín de actividades educativas que optan asumir. El nivel III responde al nivel intermedio con jóvenes de entre 12 a 15 años. 

El reto de Viqueira Keller, es llegar al nivel IV donde atendería a jóvenes de entre 15 a 18 años, quienes se certificarían con sistema de puntuación similar al de escuela superior para prepararlos para la universidad.

“El compromiso de las familias es llevar la escuela hasta el nivel superior y queremos seguir con el mismo paso, esta retención de las familias que están contentas con el método y la labor que están haciendo sus hijos”.