Christopher Concepción estaba a punto de ser trasladado a una camilla en la que con mucha ilusión haría un gran gesto de amor donando su sangre –con la que se podía salvar anónimamente la vida de otras personas–, cuando de repente una funcionaria de la Cruz Roja Americana le informó que estaba descalificado por ser homosexual.

Primera Hora se encontraba en el área cuando Christopher fue notificado sobre el asunto. De inmediato, le cambió el semblante al joven de 26 años que ya figuraba en el registro de donantes, pues había realizado el procedimiento durante su época universitaria.

En aquella ocasión, obvió decir la verdad sobre su orientación sexual en el cuestionario que se requiere llenar como donante, pues su familia no lo sabía. “No tenía la madurez que tengo ahora y pensaba que esa información podía llegar a otros lugares y personas... pero ahora soy abiertamente gay y por eso lo notifiqué tranquilamente”, dijo el oculista de profesión que contestó “sí” cuando le preguntaron: “¿Es usted un varón y ha tenido una relación sexual con otro varón, aunque haya sido una vez, partir de 1977?”.

El fantasma del VIH

La explicación que le dio la enfermera a Christopher cuando este cuestionó la exclusión –que cataloga como “totalmente discriminatoria”– es que está amparada en una política implementada en 1983 por la Food and Drug Administration (FDA), la cual afirma que “los hombres que han tenido relaciones sexuales con hombres”, desde 1977, –aunque sea una vez– no pueden ser donantes de sangre. También se descalifican las mujeres que hayan estado con un varón que haya tenido relaciones sexuales con otro varón. Es importante señalar que las disposiciones de la FDA regulan no solo a la Cruz Roja Americana, sino a todos los bancos de sangre en la nación americana, incluyendo el que está localizado en el Centro Médico de Río Piedras y al de Servicios Mutuos, en San Juan.

Retomando la historia de Christopher, la enfermera le dijo que la política fue provocada por la preocupación que había para la década del 80, de que el VIH, virus que provoca el SIDA, se transmitía por transfusiones de sangre y al hecho de que, datos ofrecidos actualmente por el Departamento de Salud, ubican a los hombres que tienen sexo con otros hombres entre los grupos de mayor prevalencia en contagios de VIH. Lo irónico es que este grupo es superado por el de los heterosexuales y los usuarios de drogas.

A esto se le suma que para el 1983 los científicos no habían desarrollado pruebas de detección para identificar sangre positiva al virus. Hoy los avances son otros y a todos los donantes se les realizan unas pruebas de virales para garantizar la pureza de la sangre con pruebas de ácido nucleico.

“Me parece injusto e indignante porque en riesgo están los homosexuales como cualquier heterosexual promiscuo, sea hombre o mujer... lo que están provocando es que los homosexuales mientan al llenar la solicitud”, lamentó Christopher, quien confía en que las gestiones actuales que se realizan a nivel de EE.UU. para modificar la prohibición surtan su efecto, tal como ha sucedido en países europeos y en lugares como Colombia y México, donde se enmendó la regulación a través de los tribunales.

De hecho, la Cruz Roja Americana ha recomendado a la FDA y al Departamento de Salud de EE.UU. modificar los criterios de exclusión que se le aplican a otros grupos de mayor riesgo de transmisión sexual o de infecciones transmitidas por transfusión.

“Es un tema interesante y de mucho debate, pero debemos cumplir con las regulaciones de elegibilidad de la FDA”, dijo Roberto Valentín, director senior de la Cruz Roja en Puerto Rico.

Mientras, la gerente del banco de sangre de Centro Médico, Geritza Vázquez, dijo que no tiene problemas en que se enmiende la regulación “siempre y cuando se demuestre con estudios y análisis que no vamos a comprometer la pureza e integridad de los productos”.

Por lo pronto, sugirió que las regulaciones deben incluir a “homosexuales que no hayan tenido relaciones todavía, o sea, que sea virgen o aquellos que tienen una relación homosexual sin ser promiscuos”.

Actualmente, los abastos de sangre en Centro Médico no alcanzan los números. “Necesitamos que mensualmente nos visiten 1,300 donantes y están visitando 1,000”, expresó Vázquez sobre la necesidad de pintas en las neveras del primer centro hospitalario del país.

Firme la FDA

Primera Hora conversó con la portavoz de la FDA en Puerto Rico, Nilda Villegas, y le cuestionó sobre el aspecto discriminatorio de la política establecida para los donantes homosexuales, postura que esta defendió al decir que la agencia “aprecia y apoya el deseo de los donantes para contribuir a la salud de los demás, pero también tiene la obligación de garantizar la seguridad del suministro de sangre y de proteger la salud de los receptores”.

“Científicos de la FDA continuamente monitorean la literatura científica y consultan con expertos del CDC, NIH y otras agencias. La responsabilidad principal de la FDA es proteger el suministro de sangre y proteger los receptores de sangre. La FDA podría cambiar esta política solo si es respaldada por datos científicos que demuestran que un cambio en la política no presentaría un riesgo importante y evitable a los receptores de sangre. La FDA sigue dispuesta a considerar nuevos enfoques para la selección de donantes y pruebas, siempre que dichos enfoques aseguren que los receptores de sangre no se ponen en un mayor riesgo de VIH u otras enfermedades de transmisión transfusión”, sentenció.