Mientras varios pueblos del área norte tuvieron ayer problemas de inundaciones y conatos de emergencia por el paso de una nueva onda tropical, en los municipios de Carolina, San Juan y Loíza la ayuda a los damnificados por las lluvias del jueves pasado era escasa o inexistente.

A cinco días del paso de la onda que la semana pasada paralizó gran parte del área metropolitana, muchos residentes de comunidades afectadas apenas habían recibido artículos de primera necesidad de la Cruz Roja Americana junto con un dinerito para comprar ropa y zapatos.

Lo demás ha sido someter información. Por parte de los municipios han llegado funcionarios de varias dependencias a pedirles datos, como sucedió en áreas de Barrio Obrero y Villa Palmeras, pero eso no se ha traducido en algo tangible, alegan los vecinos.

En Villa Carolina y en la cuarta extensión de Country Club fueron unos camiones a bombear alcantarillas, pero no resolvieron nada, según dijo William Landrón. Además, todavía quedaban remanentes de agua, mientras que los vecinos seguían luchando por secar y recuperar muebles. De todos modos, muchas alcantarillas continuaban tapadas.

Los afectados permanecían agarrados a la esperanza de que toda la información que le han dado a las autoridades sirva de algo.

Ese es el caso de Mario García y Sheila Narváez, quienes se mudaron desde Nueva York a Country Club hace dos años, con sus cuatro varones. Ayer en su patio todavía había un pescado muerto y además, los chicos tenían vómitos y diarreas.

“Yo estoy traumatizada... ese día yo veía los gusanos en el agua... del municipio me dijeron que tenían que someter la información a otro lado, así que no sé todavía cómo me van a ayudar”, dijo Narváez.

Su vecina, Edna Martínez, quien reside en esa urbanización desde hace más de 45 años, dijo que el agua nunca había entrado a las casas de esa manera.

Ada Ortiz, residente de Las Carreras en Loíza, contó con resignación que el municipio envío ayer a dos personas que llegaron a mirar cómo el agua estancada rodea su casa y la de sus vecinos, y se fueron.

¿Les dijeron si van a sacar el agua, traer bombas?

No.

¿Les preguntaron qué necesitan, hablaron algo?

No, nada. Solo miraron y se fueron. Lo peor es que ahora hay más larvas de mosquitos en el agua. Te digo, este es el barrio de los olvidados.

Área norte también sufre

Ayer los más afectados fueron los municipios de Arecibo y Barceloneta, donde hubo carreteras y comunidades bajo agua.

En Arecibo, los vecinos de las parcelas Luis Rodríguez Olmo se encontraban con escoba en mano tratando de sacar el agua de sus hogares.

“Esto aquí cada vez se pone peor. Cada vez que llueve, esto se convierte en un río”, reclamó Amadeo Rodríguez Muñiz, quien se encontraba junto a otros vecinos ayudando a don Roberto Baerga Beltrán, de 91 años, cuya residencia quedó inundada.

“Mire aquí, que yo levanté mi cama con unas pailas para que no se me mojara”, dijo el anciano.

Danny Soto, director de la Oficina Municipal para el Manejo de Emergencias de Arecibo, informó que los otros sectores afectados fueron La Puntilla, las calles Magallanes y José Cedeño, la carretera PR-653 en Barrancas y la intersección de la PR-129 con la PR-2. Ninguna familia tuvo que ser refugiada.

En Barceloneta, la corriente que arropó gran parte de la carretera PR-2 arrastró dos vehículos con pasajeros por varios metros, aunque la situación no pasó de ser un susto.

Mientras, la Policía también tuvo que impedir el paso de la PR-2 hacia Manatí debido a la gran cantidad de agua que se acumuló frente al semáforo del centro comercial Puerto Rico Prime Outlets.