La emigración puertorriqueña hacia Estados Unidos alcanzó cifras históricas en 2014, tendencia favorecida por una crisis económica que provocó que la isla perdiera casi el 5 % de su población en la primera mitad de la década.

Raúl Figueroa, uno de los demógrafos más reconocidos de Puerto Rico, dijo hoy a Efe que la difícil situación económica es la principal razón de la constante salida de ciudadanos de la isla caribeña rumbo a Estados Unidos, tendencia que subrayó espera se prolongue durante los próximos años.

Figueroa señaló que por ello no son extrañas las cifras difundidas esta semana por la Oficina del Censo de Estados Unidos, según las cuales durante 2014 se estima que 84,000 personas emigraron desde Puerto Rico hacia Estados Unidos, mientras que en sentido contrario regresaron 20,000.

La Oficina del Censo de Estados Unidos dio a conocer los datos de la Encuesta sobre la Comunidad de Puerto Rico, que mostró para 2014 un saldo migratorio -diferencia entre quienes emigraron y retornaron- de 64,000 personas que hicieron las maletas rumbos a Estados Unidos.

La cifra es la más alta desde que comenzó a elaborarse la Encuesta sobre la Comunidad de Puerto Rico en 2005, aproximadamente un año antes del inicio de la crisis asociada a la construcción que todavía se mantiene en la isla caribeña.

"Muchas de las personas que salieron no van a volver", dijo Figueroa, para quien a la precaria situación económica se le pueden añadir otras razones que han favorecido el incremento de la emigración como la alta criminalidad, un sistema educativo deficiente y una sanidad ineficaz.

El demógrafo destacó que, en su opinión, el flujo de salida seguirá alto durante los próximos 2 años, con lo que al final de la década cerca de un 10 % de puertorriqueños podría abandonar la isla caribeña en busca de mejores condiciones de vida en Estados Unidos.

El experto destacó que el hecho de tratarse de población joven con buena formación hace que sea fácil su adaptación en Estados Unidos, hecho favorecido por la gran colonia puertorriqueña que vive en el país norteamericano.

Figueroa resaltó que entre 2010 y 2014 casi un 5 % de la población abandonó la isla caribeña, por lo que si se mantiene la tendencia -algo probable, como dijo- no es de extrañar que a la altura de 2020 un 10 % de los puertorriqueños hayan dejado la isla por Estados Unidos.

Las consecuencias para el Estado Libre Asociado no serán buenas, ya que en primer lugar se pierde a una población joven y bien preparada que será muy difícil de reemplazar.

Insistió en que se trata de una tendencia que no parece que tenga final a corto plazo y que afecta a personas con, incluso, puestos de trabajo estables en la Administración, lo que hace pensar que además del factor económico hay otros que empujan a los puertorriqueños a dejar su tierra.

"No se puede olvidar la criminalidad, que en 2011 batió estadísticas, como otro elemento", reiteró, aunque en los pasados tres años han disminuido.

Figueroa matizó que las cifras antes indicadas hacen referencia a la emigración hacia Estados Unidos, que si bien es mayoritaria no refleja el flujo -aunque pequeño- de puertorriqueños hacia otros países como República Dominicana.

El Banco de la Reserva Federal de Nueva York apuntaba el pasado abril en un informe que la emigración tiene como consecuencia directa un menor número de contribuyentes en un momento en el que las autoridades puertorriqueñas necesitan de forma imperiosa elevar la recaudación para equilibrar así las cuentas públicas.

El informe de esa entidad alertaba de que deben tomarse medidas para frenar la emigración, en especial conforme envejece una población que cada vez demanda mayor gasto médico.

Reducir la criminalidad y crear empleos son dos medidas que el Banco de la Reserva Federal de Nueva York apuntó como necesarias para frenar un ciclo de decadencia económica que pone en peligro el futuro de Puerto Rico.