Esta nota no estaría escrita ni habría quién repartiera los periódicos en la intersección de la carretera PR-14 con la avenida Fagot en Ponce con el ánimo que lo hace Norma López.

¿Qué pasaría si las mujeres paralizan sus labores en Puerto Rico, aunque sea por un día? ¿Si no salen de sus casas? ¿Si en sus casas hacen nada?

“Caos”, coincidieron varios entrevistados.

Los niños acudirían a escuelas vacías, los enfermos agonizarían en camillas, en pasillos, en salas de espera, jefes y ejecutivos se enfrentarían solitos a la jornada diaria y el tercer sector se detendría, pero la política pública en el País sería la misma.

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Vayamos por parte.

Según datos del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos, para el 2015 las mujeres componían el 42 % de la fuerza laboral, empleadas principalmente en el sector de servicios (38.2 %, en contraste con los hombres que ocupan un 28.9 %).

Esta categoría incluye servicios educativos, del cuidado de la salud, informática, asistencia social, y administración y manejo, entre otras áreas, excepto administración pública, que es el segundo sector que emplea la mayor cantidad de mujeres.

Hablando del sector público, con un 22 % de féminas en el Senado, 16 % en la Cámara de Representantes y 9 % en las alcaldías, ellas se encuentran en gran desventaja en cuanto al desarrollo de políticas.

Así que ese día imaginado desaparecerían 8 de cada 10 maestros según el último perfil del Instituto de Estadísticas, pero las políticas públicas seguirían siendo las mismas.

Ese día desaparecerían cerca del 74 % del total de trabajadores de cuidados de salud y asistencia social según los estimados de la Encuesta de la Comunidad Americana del Censo federal, pero las políticas públicas seguirían siendo las mismas.

Hasta el 2010, las mujeres superaban a los hombres en profesiones de salud como enfermería, tecnología médica, salud oral y farmacia.

Salud y educación son precisamente las dos áreas que el mes pasado el gobernador Ricardo Rosselló puso frente a frente a la hora de ejecutar los recortes presupuestarios recomendados por la Junta de Supervisión Fiscal. 

“No hay opción” dijo sobre la Universidad de Puerto Rico, o “¿o quieren los 300 millones en recortes en salud y dejar a puertorriqueños sin tarjeta de salud?”.

“Parece ser que nuestro gobierno, cuándo ve el mapa de Puerto Rico lo que ve es una tabla de Excel porque nos hemos convertido en números que se dividen y que se restan y hemos perdido la perspectiva de que todo el tiempo estamos hablando de personas”, dijo ayer en conferencia de prensa Sumayah Soler, líder del Colectivo Interreligioso de Mujeres de Puerto Rico.

 “Las mujeres, que somos el 100 % de una fuerza laboral en este país, ya sea trabajando fuera o dentro de nuestros hogares, hemos asumido las responsabilidades económicas y sociales de este País porque la mayor parte de los hogares de Puerto Rico los corren las mujeres”, añadió Soler subrayando el poco valor que se otorga al trabajo doméstico y a que no se contabilizan las tareas del hogar que regularmente recaen en la mujer, así como el cuidado de niños y ancianos que muchas veces les obstaculiza salir a buscar un trabajo asalariado.

En efecto, según el Censo de 2010, por cada hombre que encabeza solo una familia, hay cuatro mujeres que hacen los mismo.