LOS RESIDENTES de la comunidad Puerto Viejo en la Playa de Ponce se sienten olvidados.

El mismo sector que hace décadas era parte del eje de la economía ponceña y donde se inició la construcción del Puerto Las Américas, ahora parece un espacio despoblado, a juzgar por la cantidad de casas destruidas por el huracán María y una serie de proyectos inconclusos.

Sin embargo, la actividad económica y cultural que rodea a esta humilde comunidad continúa en crecimiento, aislando más a quienes observan el desarrollo desde un rincón de su hogar.

“Con dolor en el alma, así me siento, porque esta era una comunidad próspera y mira ahora, muchas casas sin techos, vacías. La gente se nos sigue yendo”, confesó la líder comunitaria Miriam Robles Medina, quien vive allí desde hace 60 años.

Según Robles Medina, su comunidad ha perdido cerca de 80 familias que emigraron luego del huracán, ya que el gobierno federal les negó la ayuda por no tener título de propiedad.

“Aquí habían como 200 familias y ahora quedamos como 120. Es que la gente no ha podido arreglar sus casas porque no son dueños de los terrenos. Los que empezaron a arreglarlas fue que hicieron préstamos y otros, no pudieron terminarlas con lo poco que recibieron de FEMA”, lamentó.

Entre las estrechas calles del vecindario aún se observan los escombros dejados por el ciclón y al menos media docena de postes derribados, lo que aumenta el peligro tras la nueva temporada de huracanes.

Pero el éxodo de residentes inició con los proyectos del Puerto Las Américas en la década del 90, cuando expropiaron a varias familias en el área de la finca Percon, destinada para la construcción de fábricas de valor añadido.

Además de los proyectos relacionados que permanecen inoperantes, tales como un canal pluvial que se culminó hace cinco años. Ahora está repleto de maleza y no alivia el problema de inundaciones en la zona.

“Aquí con Ponce en Marcha nos prometieron muchas cosas, arreglar las viviendas, pero se iba a tirar la finca Percon. Iban a hacernos las casas para sacarnos de la zona inundable como tal, eso no se cumplió, y mira ese canal que lo que trae es más problemas”, exclamó por su parte la exvicepresidenta Comunidades Especiales, Betsy Idali Merced Olivera.

“Obras que eran para el progreso de nosotros, pero no ha sido así, nos tienen olvidados”, ripostó Robles al recalcar que Puerto Viejo se ha convertido en una comunidad de envejecientes.

Como prueba, Robles mostró una cancha que se construyó como parte del proyecto del puerto.

“Ahora mismo nosotros no tenemos ninguna facilidad deportiva ni un centro comunal, nada, y se hizo una cancha como parte del Puerto Las Américas pero de día no se puede utilizar porque no tiene techo y de noche muchísimo menos porque no tiene luz”, recordó.

De hecho uno de los vecinos aseguró que “aquí tenemos que estar encerrados. No nos sentimos seguros, tampoco hay nada para entretenernos”.

Mientras tanto, en la periferia del sector Puerto Viejo continúa el desarrollo de varios negocios que le han devuelto cierta actividad económica a la zona.

“La playa es el bastión económico ya que viene desde la PR-2 con un Departamento del Trabajo, gran desarrollo a la vuelta redonda, centros comerciales, restaurantes, escuelas de baile y taller de arte. Esto contrasta con tres burbujas de pobreza que son Puerto Viejo, Salistral y Los Potes”, estableció el abogado y gestor cultural, Gilbeto Limardo Rodríguez.

De otra parte, una de las mayores preocupaciones de los residentes es que la comunidad quedó aislada ante el desarrollo, lo que los pone en riesgo de ocurrir un tsunami.

“Si viene un tsunami nos ahogamos porque no tenemos salida. Hay una verja hacia el norte que no nos deja salir porque esa parte pertenece al Puerto Las Américas, es la finca Percom”, urgió la líder comunitaria. 

“Hacemos un llamado especialmente a la Autoridad del Puerto de las Américas (APA), si es que todavía existe, para que responda por estos proyectos que mantienen olvidada a esta comunidad”, concluyó.