CEIBA. Antes del demoledor paso del huracán María por la Isla, el sector ceibeño Punta Figuera albergaba a unas siete familias, tenía unas cuantas casas vacacionales y algunos talleres de pesca.

A dos semanas del paso del ciclón, en el lugar que se destacó por ser una comunidad pesquera por más de 60 años, apenas queda el rastro de que alguna vez fue habitable. Lo más triste: no recibirán ayuda para la reconstrucción pues se trata de personas “invasoras” en terrenos que le pertenecen al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA).

Recorriendo el lugar, la devastación era evidente. Eran pocos los residentes que habían regresado al lugar para recoger lo que encontraban de sus pertenencias o simplemente contemplar lo que fue su hogar.

“Punta Figuera ya no existe, pero lo vamos a levantar con nuestro propio esfuerzo. Ya lo hemos hecho antes”, afirmó Aleyda Rivera, residente del lugar hace 11 años. 

Aleyda es una de las pocas personas que vivía en Punta Figuera permanentemente, pues dado a la disputa que existe con las parcelas del lugar, casi todas las estructuras se habían convertido en talleres o almacenes para pescadores y casi ninguna era un lugar de residencia primaria. 

Para llegar hasta lo que era su casa, hay que hacerlo desde Fajardo. Tres pequeños puentes de madera conectaban a la comunidad ceibeña con su único acceso por el estacionamiento de la Marina Puerto del Rey. De estos, solo queda el esqueleto del primero, así que los vecinos colocaron pedazos de madera que volaron de sus propias estructuras para poder regresar a ver qué quedaba en ellas.

“Ver lo que con tanto esfuerzo uno ha logrado irse en unas horas es lo peor de la vida”, dijo entre lágrimas Aleyda, quien recordaba que esta semana se cumplen cinco años desde que su hija fue asesinada a tiros en el pueblo costero.

“Yo lo perdí todo. Aquí no queda nada. Lo poco que recuperé ya lo tengo que botar porque se sigue mojando. No para de llover y hoy fue que pude conseguir un toldo de esos que da el municipio a ver si lo puedo enganchar”, sollozó. “No hemos recibido, ni vamos a recibir ninguna clase de ayuda”, exclamó. “Yo tengo la esperanza de permanecer aquí y reconstruir. Aquí yo tengo tranquilidad y paz. No tengo miedo de quedarme aquí”. 

“Como nos tratan de invasores, somos los últimos en la lista de FEMA, si es que aparecemos en algún momento”. 

De esto dio fe Fundador Pascual, un hombre de 70 años que tenía su taller en Punta Figuera. 

“Recursos Naturales quiere que nosotros firmemos una concesión por el uso de los terrenos por cinco años. Eso implica que en 5 años tendríamos que irnos. Por eso no tenemos ayuda ni del gobierno ni de nadie. Aquí nos ayudaremos en la comunidad como se pueda”, afirmó el también presidente de la Asociación de Pescadores del Este. 

De las 49 estructuras que decoraban la orilla de la playa, solo quedan los escombros que se mezclan con las algas y la vegetación seca que permanece en el lugar. 

La limpieza del lugar, el recogido de esos escombros y el levantamiento de las estructuras nuevamente le toca por completo a la comunidad. Al no tener títulos de propiedad, no tienen derecho a reclamar ninguna pérdida.

“La reconstrucción la haremos nosotros mismos. Con FEMA, jejeje, na’, nosotros lo vamos a hacer”, comentó Pascual entre risas y coraje. “Echar pa’lante nuevamente en la pesca y ver qué hacemos. Somos bravos. Punta Figuera volverá a existir, ya verán!”, exclamó. 

A la salida de Primera Hora del lugar, otra familia regresaba al lugar discutiendo lo mismo: la falta de ayudas para una comunidad que ha existido por más de medio siglo. 

El municipio acelera los trabajos de recuperación

En Ceiba, el Centro de Usos Múltiples no solo se ha convertido en el centro de acopio municipal, sino que se ha transformado en el lugar donde toda operación de recuperación se lleva a cabo.

Desde tempranas horas de la mañana, militares se movilizan con cargamento, dan un ‘briefing’ de lo que se espera lograr en el día y de ahí salen cientos y cientos de voluntarios a recorrer las zonas del pueblo para repartir alimentos, agua y otros artículos de primera necesidad. 

“Esto ha sido un esfuerzo de todos. Llega gente no solo de Ceiba, pero de fajardo y Luquillo también para buscar o repartir las cajas que hemos preparado con la ayuda de la Guardia Nacional”, comentó la ayudante especial del alcalde, Neyssa Simonoff. 

“Ya hemos dado 3,600 compras casa por casa. Tenemos para seguir rellenando. Hemos recorrido todos los campos y las urbanizaciones, ya listos para comenzar la segunda ronda.”, puntualizó el alcalde de la ciudad, Ángelo Cruz, quien destacó que el gobernador de Texas y el de Nueva York enviaron aviones con suministros específicamente para Ceiba. 

Del mismo modo, Cruz destacó que poco a poco el refugio que se había habilitado ha disminuido la matrícula de unas 85 personas a 37. En el lugar ya cuentan con el servicio de agua y un generador que da luz a partes del plantel escolar que los alberga.

“Lo que es la vida cotidiana de los ceibeños, yo espero que se reestablezca dentro de un mes o dos meses, pero ya se ha normalizado lo que es el recogido de basura y escombros. Dentro de tres semanas espero que tengamos luz”, estimó a la vez que puntualizó que se tardaría poco más de un año lograr reconstruir la infraestructura que perdió el municipio.