En la Isla, se reporta mensualmente un promedio de 10 a 15 casos de menores que se escapan de sus casas y que están entre los 14 a 17 años.

Aunque el número de fugados varía, la mayoría son féminas y muchas de las evasiones obedecen a que no quieren seguir las reglas que le imponen sus progenitores o tutores, explicó a Primera Hora el sargento José Carlos Rosario Rivera, coordinador de Personas Desaparecidas de la Superintendencia de la Policía.

En otras ocasiones, son novios que deciden encontrarse en algún lugar y están días fuera del ojo de su familia.

El caso más reciente fue el de un varón de  14 años  y su novia de  15 años , que tras ser reportados desaparecidos el viernes de sus respectivas residencias en Puerto Nuevo y Río Piedras, regresaron a sus hogares el martes en la noche.

Sin embargo, Rosario Rivera opinó que casos así no son muy comunes. 

Dijo que el año pasado no ocurrió alguno y este es el primero en lo que va de año.

“En cuanto a (la desaparición de) los menores, es bastante común, porque por alguna razón de conducta o diferencia con sus familiares no quieren seguir las reglas del hogar -ya sea del hogar sustituto o permanente-  y lo que hacen es que van con otras amistades en lo que les pasa el coraje”, relató.

Mencionó que también se reportan casos de jovencitos que conocen a otros a través de las redes sociales y también se van de sus casas, se mudan a otros hogares o buscan a sus familiares.

En este caso son jóvenes de la  misma edad. De estos tampoco se ven muchos casos y siempre se relacionan con otros jóvenes de la Isla.

Según Rosario Rivera, en general las evasiones se dan más de los  hogares sustitutos al recalcar que muchos no quieren seguir las reglas.

¿Qué hacer?

El sargento advirtió que antes de reportar la posible desaparición de un familiar se debe hacer la búsqueda de rigor. 

Visitar la casa de los familiares o hacer llamadas telefónicas a los amigos.

“Muchas veces se ha dado el caso en que el papá se desespera porque un menor no llega y es que está en casa de un amigo, jugando encerrado en el cuarto y no contesta las llamadas, se alarma y llama a la Policía”, ejemplificó.

Recomendó que si en realidad cree que su familiar desapareció haga la querella de persona desaparecida. 

A veces, como parte de la pesquisa se colocan fotos de la persona desaparecida en las distintos cuarteles de la Policía.

En cuanto al tiempo en que se debe alertar de una desaparición, el sargento aclaró que “inmediatamente” después de poner en práctica las recomendaciones iniciales de buscar entre los familiares y amigos.

Antes “se decía que se tenía que esperar 24 horas, pero eso no. Eso es automático. Después que la persona descarta -y  el menor o la persona mayor de edad está desaparecida- debe ir al cuartel más cercano y radicar una querella de persona desaparecida”.

Una vez se recibe la querella, Rosario Rivera informó que se canaliza en el Centro de Mando y se refiere al Cuerpo  de Investigaciones Criminales (CIC) del área que corresponda.

“Se le asigna la querella a un agente que tiene la responsabilidad de comenzar la investigación inmediatamente. El agente empieza con las entrevista de rigor, a papá y mamá, para ver los posibles escenarios que puedan estar pasando”, explicó.

Aceptó que en ocasiones el familiar aparece y nunca lo informan a la Policía, y a veces el agente investigador se entera cuando, como parte de la pesquisa, regresa a casa de los padres.

Esto conlleva gastos, de ahí la importancia de informar rápido a las autoridades si el familiar apareció.

De otro lado, el sargento le pidió a los papás y mamás que estén “atentos a detalles, porque muchas veces los menores dan excusas y como padres podemos ir viendo los cambios en su conducta”.

 Agregó que “eso ayudaría a definir qué está pasando, si hay algo raro”.