Los vecinos se quejan de que en fines de semana la congestión es brutal, y ahora más porque cientos de curiosos pasan a ver la estatua de Cristóbal Colón.

Los desarrolladores y el alcalde Carlos Molina también saben que esto no son cuentos de camino.

Tanto Molina, como el arquitecto del proyecto, Roberto Alsina y el empresario José González Freyre, aseguraron que buscan alternativas al problema.

Alsina indicó que se evalúa la rehabilitación de la carretera municipal en la antigua vía del tren para hacer “ensanches menores en alguna áreas y mejoras en intersecciones para lograr mayor efectividad entre una carretera y otra”.

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La vía corre paralela con la PR- 681.

 Por su parte, Molina dijo que la presencia de agentes municipales y estatales ayudarán en el control del tránsito. 

Además, se vilumbra hacer una rotonda en la entrada principal al puente Víctor Rojas, en la PR-2, donde planifican la construcción de uno o varios redondeles.

Quejas a diario

La comerciante Carmen Delia Meléndez denunció que los domingos “aquí no se puede” con el tapón.

La empresaria, que lleva 40 años en el barrio Islote, dijo que no ha gozado de mayor clientela en su negocio.

Mientras, el vendedor de coco, conocido como “Picú”, dijo que en cuanto a negocios, en la semana tiene la fruta por dos o tres días sin venderse. 

De su parte, el porteador público Ángel Olmo de Jesús coincidió en que el tapón es descomunal y que tienen que buscar una alternativa para los vecinos.

Rey López, mientras tanto, fue más enfático en decir que no quiere la estatua de Colón en Arecibo. 

“Nosotros no necesitamos la estatua… ¿A qué vino (Cristóbal) Colón a Puerto Rico? A matar a los indios", dijo tras denunciar que no puede ni entrar a su casa por el tapón.