Cuando llegó al local, sus ojos se enfocaron en la guitarra. Como niño que encuentra bajo el árbol navideño el regalo que espera, fue hacia ella y la tocó. De las cuerdas salió música y de sus ojos la fascinación.

Quien lo ve de noche en un escenario difícilmente adivinaría que es un senador, pero haber radicado una medida para prohibir la discriminación por orientación sexual le ha ganado más público y visibilidad que el que tuvo en los días en los que vivía de tocar rock en barras.

Ramón Luis Nieves lo sabe y no le teme al impacto político personal porque considera que las medidas que impulsa “van dirigidas a expandir los derechos humanos en Puerto Rico”.

“Ya me han amenazado de que en cuatro años harán campaña en mi contra”, afirmó tranquilo, sentado en una mesa en Kantares.

Pedir protección para la comunidad LGBTT, aunque sensato y justo, es una medida arriesgada en términos políticos, quizás hasta atípico para un novato que aspira a revalidar en el 2016.


¿Algún político le pidió que la radicara usted?

Lo hice por iniciativa propia y se lo prometí a mi gente. Estuve caminando este distrito (San Juan, Guaynabo, Aguas Buenas) desde octubre de 2011 y pude percibir los ánimos de justicia y expansión de derechos humanos. Cuando podamos abolir el discrimen por orientación sexual, lejos de un problema político, yo voy a tener un gran apoyo de la gente en la cual yo creo.

Abogado de litigio y de asuntos contractuales y comerciales, el ahora legislador popular ha empezado a hacer ajustes para adaptarse a la política. “La diferencia del político tradicional del político que genera cambios es lograr que la política se ajuste a tus ideales y tus causas, y yo quiero ser ese segundo político”, manifestó el recién estrenado integrante del Capitolio.

No le rehúye a la controversia porque comprende que la democracia se nutre de “la confrontación de ideas adversas”. “Político que llegue a la Legislatura con miedo del qué dirán o con miedo de que las medidas suyas generen controversias y, por lo tanto, no radicarlas, posiblemente esté allí muchos años pero cuando pase a la historia va a ser una persona inconsecuente, como muchos casos que hemos tenido”, observó, sin nombrar a nadie.

Extrovertido la mayoría de las veces pero introvertido cuando tiene que reflexionar sobre un tema importante, Nieves ha buscado la similitud entre su vida política y la música, una de sus grandes pasiones. “A veces es bueno vivir y conducirte de la misma manera en que tienes que actuar cuando te toca un momento en una canción de hacer un solo en la guitarra e improvisar”, comparó. 

¿Le ha tocado improvisar en el tiempo que lleva?

No. Contrario a lo que mucha gente pensaría, soy una persona bien planificada; siempre tengo un plan pero siempre dejo unos espacios en ese plan para la creatividad.

Esa creatividad, según contó, se aviva en horarios nocturnos.

“Las personas que me conocen saben que duermo poco. Siempre he sido una persona que vive de noche. La noche siempre ha sido un espacio de creatividad en muchos sentidos”, dijo el noctámbulo que este año cumple 38 años y que ya ha publicado varios libros, todos escritos de noche. “Cuando estás escribiendo, todo es más quieto, callado, en la noche. Luego de estar como dos horas escribiendo, algo se apodera y ese algo es tan raro que al día siguiente lees lo que escribes y te cuestionas si escribiste eso porque no te acuerdas. Llega un momento que la misma inspiración te atrapa y eso, que pienso es algo bien espiritual y sueño con repetir, me ha pasado cuando escribo hasta altas horas de la madrugada”.

También de madrugada ha afianzado su relación con la guitarra, un vínculo que nació cuando comenzaba la adolescencia.

“Empecé con la batería, pero en aquel tiempo no había baterías electrónicas o que se redujera el sonido, así que mis padres dijeron “o la batería o perdemos los vecinos” y esa decisión marcó mi vida porque me incliné por la guitarra eléctrica”, recordó al confesar que el consuelo de los vecinos duró poco “porque el rock se aprecia mejor a un volumen bien alto”.

Lo que considera su primer logro como guitarrista lo consiguió en noveno grado, cuando tocó Sweet Child of Mine, de Guns N’ Roses. Y ya en primer año de universidad, empezó a tocar en barras y pubs.

Pero, como en tres años ya había terminado su bachillerato en Sociología y había sido admitido a la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico, las tocadas nocturnas se acabaron y guardó la guitarra hasta el 2006, ya abogado.

“Desde el 2007 hasta dos meses antes de la elección de 2012 estuve tocando con distintas bandas de rock. Durante la campaña estuve tocando por ahí”, mencionó al añadir que tiene planes de reactivarse. “Pienso encausar esa pasión musical de distintas maneras este año”.

Y seguramente lo hará. Debe ser esencial la música para alguien que cita la frase de una canción para explicar muchas de las cosas que quiere decir, como su percepción de la superstición.

“I ain't superstitious, but a black cat just crossed my trail”, una canción de Willie Dixon, fue la frase que utilizó para hablar de sus supersticiones.

“Yo creo en las fuerzas espirituales, creo en el karma, creo que cuando actúas mal en contra de una persona, eso te revierte. Tengo unas creencias espirituales porque las he visto. Yo creo en muchas cosas que no he visto”, abundó, con una línea del inicio de Oh, qué será, del brasileño Chico Buarque.

Y, aunque le atribuyen estar alejado de principios cristianos, Nieves asegura que cree en Dios.

“Creo en Dios. Creo en las fuerzas del espíritu y creo en el postulado fundamental del cristianismo, amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo. Y creo, como dice aquella frase en latín que te la digo en español porque no sé latín, ‘trabajar por la gente es una manera de trabajar por Dios’”, expuso.

También cree en la necesidad de tener claros los objetivos “y conservar tu humanidad y reconocer la humanidad del otro”.

Y, por supuesto, siempre con la guitarra de fondo, consciente de la armonía en las cuerdas.