Las Fiestas de la Calle San Sebastián fueron exitosas para la alcaldesa de San Juan Carmen Yulín Cruz, quien promete ajustes al evento, pero no muchos.

La flamante alcaldesa de San Juan hizo ayer balance de las Fiestas y concluyó que “no fueron un total éxito” por el asesinato del joven de Cataño.

Las del año próximo no serán más pequeñas como reclaman muchos de los residentes del Viejo San Juan y algunos comerciantes del casco histórico, por el contrario, Cruz sostuvo que se planificarán para una asistencia de “tres cuartos de millón de personas”.

En una conferencia de prensa, la alcaldesa anticipó que el perímetro de las fiestas podría extenderse al Paseo de la Princesa y que la transportación pública para llegar al Viejo San Juan se detendría a las 6:00 de la tarde.

El horario de cierre del evento se quedaría más o menos igual, hasta las 2:00 a.m. y los domingos a las 12 de la medianoche.

Ayer, el legislador popular Ángel Matos propuso que las Fiestas se extiendan al Distrito del Centro de Convenciones y otros sectores del casco de San Juan. El secretario de Estado, David Bernier, lo apoyó.

Según el Municipio, más de 500,000 personas acudieron este año a la San Sebastián, rompiéndose todos los récords del uso de la transportación masiva.

Pese a los tropiezos, Cruz defendió el trabajo del grupo interagencial que planificó el evento, señalando que sobre la marcha se fueron revisando los planes hasta conseguir un resultado favorable.

En cuanto al issue más sensitivo, el de la seguridad, la alcaldesa sostuvo que la Policía estatal le confirmó que durante la actividad la incidencia criminal mermó en todo San Juan. Indicó que esta vez también se intervino con menos menores intoxicados.

“No podemos controlar el número de personas que llegan aquí. Los espacios son del pueblo”, indicó acerca de la posibilidad de que en futuras fiestas se limite el acceso de visitantes.

En cuanto al uso de las patrullas de la Policía Municipal para transportar a los asistentes de las fiestas que se quedaron varados, Cruz invitó ayer a que le radiquen cargos por violaciones a la ley, y aseguró que con su acción ella evitó un motín.

Cruz pareció rechazar, de otra parte, el uso de detectores de metales en fiestas subsiguientes. Esa posibilidad se analizará aunque dijo que para su implantación se necesitarían cientos de detectores y un amplio contingente de policías.

El país no se muere –dijo– por falta de detectores de metales; que hay armas que burlan esos mecanismos.

Una bomba de tiempo

Residentes y comerciantes de San Juan exigieron ayer cambios urgentes para la que ha sido una de las fiestas que más orgullo le ha dado al país.

La corredora de bienes raíces Margarita Gandía advirtió que las Fiestas son “una bomba de tiempo”; que por obra y gracia del Espíritu Santo no han pasado más cosas.

Dijo que la Isleta es un espacio pequeño que no puede tener una aglomeración de gente que “no se mueve”. “Hay que preguntarse quién provoca el desorden y la respuesta son los auspiciadores que se han adueñado de estas fiestas”, sostuvo la realtor del Viejo San Juan.

Gandía agregó que residentes y comerciantes “responsables” también notaron este año una actitud de brazos caídos de parte de la guardia municipal.

El declamador de poesía y residente del Viejo San Juan David Ortiz fue otra de las voces que pidieron la salida de los auspiciadores “glotones” de la San Sebastián; que se limite el acceso de las compañías de bebidas alcohólicas “que lo que ofrecen es una oferta contraria al espíritu de las Fiestas”

A Ángel Matos, Ortiz le contestó que las “fiestas donde deben comenzar es en su casa”, que él no conoce a San Juan.

El ex presidente del Asociación de Residentes del Viejo San Juan, Jaime Rodríguez recordó que las Fiestas en su origen se daban “sin dinero y eran mejores”, que hasta cantaban gratis cantantes como Lucecita Benítez y El Topo.

La dueña del bar “La Sombrilla de Rosa”, Rosa Román, dio otra versión de la historia. Advirtió que para los comerciantes de la San Sebastián las fiestas son su salvación económica. La calle, dijo, está muerta el resto del año y que es en este periodo que ellos hacen “su agosto”. Si bajan el horario “matan la venta”.

“Yo entiendo que si esta es la Fiesta de la Calle San Sebastián, a los negocios que hay que darle la prioridad es a los de la calle”, subrayó acerca de los comerciantes que cada enero se aparecen a la San Sebastián sin ser de allí.