El sonido que produce el choque de metales acompañaba esta mañana el caminar de muchos jóvenes del Negociado de Instituciones Juveniles (NIJ), el sistema carcelario de menores de edad de Puerto Rico.

Pero esta vez no se trataba del triste rechinar de las cadenas y las esposas al trasladarse de un lugar a otro, sino las medallas de honor que con su esfuerzo consiguieron durante su graduación de escuela superior y que hoy colgaban de sus cuellos.

En una ceremonia que se llevó a cabo en el histórico Teatro Alejandro Tapia y Rivera de San Juan, 22 jóvenes que en algún momento fueron ingresados a instituciones juveniles por la comisión de alguna falta –como se le conoce a algún delito en el sistema juvenil de justicia- completaron sus estudios de escuela superior y celebraron hoy su graduación ante la presencia de cientos de personas, incluyendo familiares y algunos altos funcionarios de gobierno.

Los graduados formaron parte del programa Camino al Reto del Éxito A través de Nuevas y Diferentes Oportunidades (Creando), una iniciativa conjunta de la Guardia Nacional (GN) y el Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR) en el que jóvenes menores de edad que han cometido faltas o delitos se les ofrece la oportunidad de ingresar para completar allí su escuela superior.

Uno de ellos fue José Javier Camacho Suárez. El joven, de 19 años y natural de Guayanilla, cayó preso en una institución juvenil por delitos relacionados a sustancias controladas. Hoy, con la graduación, cumple su sentencia como menor, mañana parte a Nueva York a estudiar enfermería, y no descarta estudiar medicina y convertirse en doctor.

“A mí no me importaban los estudios, todo para mí era lo negativo, pero la Guardia Nacional y el Departamento de Corrección me dieron la oportunidad de echar pa’ lante”, dijo Camacho Suárez. “Se puede, aunque se hayan cometido errores, se puede”, expresó el joven.

Los participantes de CREANDO cumplen un internado de 26 semanas en el campamento Santiago, en Juana Díaz, donde aprenden diferentes valores en medio de una disciplinada estructura militar que arranca con ejercicios a las 4:30 a.m. y que incluye la enseñanza de materias académicas y destrezas necesarias en la sociedad, según se explicó en la actividad.

Algunos de los jóvenes, que no podían ser identificados debido a que todavía no han cumplido su pena de reclusión en la institución juvenil, son verdaderos ejemplos de superación. Un joven de Aguadilla, de 19 años que estaba preso por un asalto, aún le restan diez días tras las rejas. Pero, luego, comenzará estudios en la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Mayagüez, para estudiar ingeniería de computadoras. Resulta que este joven recluso fue este año la novena mejor nota en todo Puerto Rico del examen requisito para entrar a universidades en la Isla, el College Board.

El joven recordó que era estudiante de puras A en la escuela, pero “me aburría”. Fue atrapado y procesado en relación a un asalto, y el programa Creando le dio algo que le hacía falta: disciplina.

“Para mí no fue fácil la disciplina del programa. A mí me gustaba dejarme llevar por mis propias ideas… aprendí a seguir reglas, la sociedad tiene reglas que tenemos que aprender a seguir”, expresó.

La ceremonia de graduación del programa Creando contó por primera vez con dos mujeres entre sus participantes. Una de ellas, de 18 años y natural de Barranquitas, debe estar un mes más encarcelada y luego comenzará a estudiar enfermería en un instituto universitario. “Aprendí cosas positivas, me llevaron a pensar más allá, en mis sueños”, explicó la joven, quien cumple en la institución juvenil por tentativa de asesinato.

Según se explicó en la actividad, el programa ofrece a los jóvenes de entre 16 a 20 años algunas herramientas para mejorar su índice académico, destrezas de liderazgo, acondicionamiento físico, destrezas laborales y de vida, servicio a la comunidad y prácticas de ciudadanía responsable.

La ceremonia de graduación se extendió por unas tres horas, y estuvieron presentes el secretario del DCR, José Negrón Fernández, quien inició en el 2003 las colaboraciones para colocar jóvenes transgresores en programas de la Guardia Nacional, el ayudante general de la Guardia Nacional, el general de brigada Juan José Medina Lamela, y el presidente del Senado, Eduardo Bhatia.

Medina Lamela expresó satisfacción con la graduación, mientras la teniente coronel Ruth Díaz explicó que Creando es un modelo único que no existe en otras guardias nacionales de Estados Unidos porque va dirigido a completar escuela superior. Es la séptima graduación de este programa que se estima ha beneficiado a un centenar de jóvenes.

Por su parte, Negrón Fernández destacó que casi el 60% de los presos del país no han completado escuela superior, así que al graduar a estos menores “hay menos posibilidades que terminen confinados en su adultez”.

Bhatia fue el orador principal de la actividad. En una parte de su mensaje, el presidente senatorial pidió a los jóvenes en toga y birrete salirse del protocolo, ponerse de pie y voltearse a ver al público. Cuando los jóvenes se voltearon, fueron aplaudidos por los presentes, que incluía a miembros de la Guardia Nacional, mentores de los jóvenes, familiares y hasta juezas que vinieron desde lugares como Mayagüez a participar de la ceremonia.

“Cada persona que está aquí hoy lo que quiere es el éxito para ustedes”, dijo Bhatia mientras continuaban los aplausos.

Luego, casi al final de la graduación, los 22 graduados recitaron a coro un credo que incluye la frase: “Somos jóvenes que tenemos sueños y queremos seguir adelante”.

Mientras, en el segundo piso del elegante teatro y bajo vigilancia de varios oficiales correccionales, decenas de jóvenes con pantalones crema miraban la ceremonia. Son algunos de los otros 351 varones y 52 menores de edad actualmente ingresados en las instituciones juveniles del país. Muchos tampoco han terminado la escuela superior.

Para ellos también iba dirigido el ejemplo de superación de sus compañeros.