Fajardo. El reloj marcaba la 1:26 de la tarde cuando se divisó a lo lejos una embarcación que llegaba a uno de los muelles de la Marina Puerto del Rey. Era la primera de 30 lanchas privadas que habían navegado hacía más de cinco horas desde el mismo lugar rumbo a islas vecinas en el Caribe. La misión era clara y humanitaria: llevar suministros y evacuar personas que perdieron sus hogares con el potente y destructivo huracán Irma.

Mientras el bote se acercaba se percibía en detalles los rostros de sus 12 tripulantes. Y allí estaba ella: una mujer de mediana edad amamantando a una criatura de semanas de nacida. La escena era conmovedora y cargada de emociones encontradas: alivio, dolor, frustración, alegría.

Su nombre es Aniria Vargas, una madre puertorriqueña – residente en St. Thomas- que llevaba días desesperada tratando de huir con su bebé Karla (de un mes de nacida) del caos que viven los 50,000 residentes de la isla vecina tras el paso del ciclón que dejó devastado el lugar, incluido sus hospitales.

“Desde el domingo estoy tratando de salir pero era imposible y con la nena era difícil estar esperando en el muelle por un barco que nos ayudara… cuando en este barco me dijeron ‘vente’ arranqué y me monté. No lo podía creer. Logré huir”, contó con un bálsamo de alivio en sus palabras agradecida con el capitán del navío, el productor José “Pepe” Dueño, quien se mantuvo en comunicación con personal de Aduanas y Protección Fronteriza como dispone la ley. 

Todos los refugiados que llegan a Puerto Rico deben tener un documento de viaje válido como un pasaporte, una tarjeta de residente permanente legal o un visado de los Estados Unidos. Mientras, los capitanes deben mostrar su documentación y dar un informe detallado de la isla en la que hicieron el rescate.

Tras completar este proceso, Aniria hizo gestiones para que una hermana, residente en San Juan, la recogiera en Fajardo. El encuentro finalmente se dio. Un abrazo entre las parientes resume la escena en la que no hacen falta más palabras.

Luego, en un aparte con Primera Hora, Aniria describió cuál es el panorama actual en St. Thomas. Utilizó la palabra “desastroso” para resumir lo que atestiguó. “Está feo, feo, feo. No hay agua, no hay luz, ya casi no quedan alimentos. Los puertos no están funcionando y para colmo hay un toque de queda de 18 horas que limita el proceso de que uno busque ayuda”, explicó quien labora en una compañía llamada Pricesmart, una tienda de venta al por mayor, que opera mediante un club de clientes. Su esposo también labora en el mismo lugar y se quedó varado en la isla trabajando.

En el navío de Pepe Dueño también viajaba Carmen Alvarado, una dominicana que vive hace una década en St. Thomas con sus dos hijos, una joven de 23 y un adolescente de 16 años. Su familia tuvo que quedarse en la isla. Sólo ella pudo huir. Pensar en sus crías la tenía devastada. No paraba de llorar. “Ellos fueron los que me obligaron a salir. Yo no quería… ahora no sé qué va a pasar con mis hijos”, decía entre sollozos agregando que el joven quedó bajo el cuidado de su progenitor. Ella hacía múltiples llamadas tratando de localizar un vuelo que la transportara hoy a su natal República Dominicana.

Pasaban las horas y continuaban llegando embarcaciones. Casi todas las lanchas provenían de St. Thomas. Otras pocas de St. John y Tórtola. También llegó una de la isla Jost Van Dyke, a donde viajó como rescatista el boricua Alexander Gutiérrez. En su nave llegaron refugiados una familia compuesta por un matrimonio y tres niños. Estaban hambrientos y sedientos. Enseguida fueron alimentados por un grupo de voluntarios de las compañías de catering Parrilla Cuisine y Heat & Serve, quienes improvisaron un comedor bajo una carpa para darles de comer a los refugiados que iban llegando.

“Es bien fuerte llegar allí. Por más que veas las fotos de destrucción, no te lo puedes imaginar. No hay nada… todos están desesperados por salir. Cuando les dijimos a ellos que se vinieran con nosotros se emocionaron. Es algo demasiado fuerte. Una escena desgarradora”, comentó Alexander sobre su experiencia como rescatista voluntario.

Al final de la tarde, más de 20 embarcaciones habían llegado a puerto seguro. Las otras venían de camino. En el grupo había niños, mujeres embarazadas y mascotas que serían trasladados a diversos hoteles en el área metropolitana. Todos fueron tratados de manera especial por los samaritanos puertorriqueños que los recibían en el muelle. La solidaridad dominaba el ambiente.

¿Cuándo zarpa otro grupo de rescate?

Según Natalie Rossy, la heroína detrás de este gran acto de amor hacia las islas vecinas, tan pronto como el domingo podría estar saliendo un grupo de embarcaciones privadas con suministros y la intención de realizar nuevos rescates.

“Mi meta es hacer viajes semanales. Por eso exhortamos a que se nos unan voluntarios. Dueños de embarcaciones, personas que quieran donar productos como agua, medicamentos, materiales de construcción, comida… en fin, cualquier ayuda es bienvenida”, dijo entusiasta al aclarar que no se están realizando viajes a las islas vírgenes británicas por razones de “seguridad” ante los rumores de que residentes de estos territorios están saqueando los barcos que llegan a ayudar e, incluso, a secuestrarlos.

“A nosotros no nos ha pasado nada porque estamos bien organizados e, incluso, llevamos seguridad. Por eso les pido encarecidamente que sigan cooperando. Las personas de estas islas nos necesitan. Parece irreal lo que están viviendo. Es impresionante. He llorado de tristeza”, expresó al agregar que suministros pueden ser llevados a la Marina Puerto del Rey o a las facilidades de Transport Logistic en la avenida Kennedy, en San Juan.

Gobierno de Puerto Rico continúa repatriando afectados.

De otra parte, el gobernador Ricardo Rosselló informó que se pudieran estar recibiendo alrededor de 4,000 pasajeros desde las islas de St. Thomas y St. Marteen en los próximos días.

Se espera que hoy lleguen en el crucero Majesty of the Sea hasta 2,000 repatriados de St. Thomas al muelle 4 de San Juan, donde agencias estatales en coordinación con agencias federales los transportarían a un hospedaje seguro. La misma cantidad de ciudadanos se espera que llegue a Puerto Rico el viernes, provenientes de St.Marteen.

Actualmente, según el gobierno, unas 1,694 personas han sido trasladadas a la isla desde el pasado sábado.