La semana próxima llegarían a la Isla los restos de ocho de los nueves militares de la Guardia Nacional de Puerto Rico que fallecieron en un accidente aéreo ocurrido en Georgia el pasado 2 de mayo.

Todos los boricuas serán sepultados en Puerto Rico, excepto el copiloto David Albandoz, quien residía en Alabama y será sepultado allí a “petición de su esposa”.

Paul W. Dahlen, oficial de Asuntos Públicos de la Guardia Nacional, informó que el pasado lunes “los restos de los nueve aviadores fallecidos fueron trasladados a la base aérea Dover en Delaware, donde se están preparando. A partir de esa fecha estiman unos siete a nueve días para que estén aquí”.

“Entendemos que la semana que viene…regresan aquí a Puerto Rico”, dijo el oficial.

“Nuestro deseo es que los ocho (cuerpos) regresen juntos en un solo avión a la Base Muñiz para darle los honores que se merecen”, sostuvo Dahlen al adelantar que esas honras fúnebres podrían ser un acto privado.

En una emotiva ceremonia, familiares, amigos, altos dignatarios de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos así como representantes del Gobierno federal y estatal rindieron un homenaje al grupo de héroes boricuas.

Más de mil personas se allegaron al hangar 104, de la Base Muñiz en Carolina, que por más de una hora se convirtió en un auditorio donde reinó el silencio, el respeto y la solemnidad. Allí le rindieron homenaje póstumo a los oficiales fallecidos: José Román Rosado, Jean M. Audiffred, Carlos Pérez, Roberto Espada, Víctor Colón, Eric Circuns, Jan A. Paravisini, Mario Braña y a Albandoz.

Uno de los momentos más emotivos, que arrancó el primero de los únicos dos aplausos que se escucharon en el recinto, fue cuando el gobernador interino, Luis G. Rivera Marín, le pidió a Jan Paravisini, Jr., hijo del aviador del mismo nombre que falleció en el accidente, que se pusiera de pie y anunció que el pasado 27 de abril juramentó su entrada a ese cuerpo castrense.

“Estos nueve hombres cuyas vidas recordamos hoy que son héroes precisamente porque encontraron en ustedes, en sus familias, una fuente de apoyo y de valores.  Lo veo en los padres, madres, en sus hijos. Uno de ellos, que hoy nos acompaña, en la misma semana del accidente juramentó a esta unidad (como navegante)”, sostuvo en su mensaje el también secretario de Estado.

Rivera Marín recordó que hace sólo ocho meses, el avión C-130 que se accidentó en Savannah, estuvo involucrado de manera crucial en la Operación Puerto Rico Safe Haven, repatriando a ciudadanos americanos de las Islas Vírgenes estadounidenses que fueron azotadas y devastadas por el huracán Irma.   

“Estamos tristes, pero también estamos agradecidos y orgullosos por su servicio, y su convicción”, agregó Rivera Marín al provocar el segundo aplauso de la actividad.

El accidente donde fallecieron los aviadores boricuas, ocurrió el pasado 2 de mayo, cuando el grupo se dirigía a las instalaciones del Aerospace Maintenance and Regeneration Group (Amarg) en la base Davis Monthande de la Fuerza Aérea de Tucson, Arizona. Allí el avión sería decomisado.

El coronel Raymond Figueroa, comandante del Ala de Transporte Aéreo de la Guardia Nacional Aérea de Puerto Rico, recordó a sus compañeros caídos “como los héroes que son”.

Por su parte, el sargento Maestre Edgar Morell, quien fungió como maestro de ceremonias, recordó que los nueve aviadores “no son solo nombres y rangos, estos son nuestros hermanos, nuestros amigos, nuestros héroes”.

Los familiares más cercanos de los boricuas llegaron en el mismo momento en que inició la ceremonia y al final fueron escoltados a las afueras del hangar.

En el lugar, ondeaban dos banderas grandes de Estados Unidos y Puerto Rico y otros pequeñas. Además, los nueve retratos de los boricuas precedieron los actos en los que se observó un minuto de silencio a la memoria de estos, unido a nueve toques de campana para simbolizar su partida.

Entre los asistentes también estuvieron: la secretaria de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, Heather A. Wilson; el jefe del Negociado de la Guardia Nacional, general Joseph Lengyel; el ayudante general de Puerto Rico y general de Brigada, Isabelo Rivera, y la comisionada residente en Washington, Jenniffer González.

Sigue la pesquisa

Por otra parte, Dahlen, informó que la investigación “va a seguir, seguramente unos meses más. Es un proceso lento, pero sí estamos en la investigación”.

El mismo día del accidente, el general de Brigada, Rivera, informó que había comenzado la investigación a cargo del Negociado de la Guardia Nacional y la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.

Mientras, Dahlen agregó que actualmente, en la Guardia Nacional de Puerto Rico “estamosevaluando internamente nuestro equipo y nuestra flota y por el momento no tenemos ninguno de nuestros aviones volando”.

De otro lado, el oficial de Asuntos Públicos de la Guardia Nacional indicó que continúan ofreciendo ayuda a los familiares de los fallecidos, como lo hicieron desde el primer día.

“Seguimos con nuestro equipo de sicólogos, capellanes y grupos de apoyo familiar…”, agregó.