Canóvanas. Definitivamente, la vida del pintoresco ex alcalde de Canóvanas, José “Chemo” Soto, es digna de un best seller en la que -además de su faceta como político, detective privado, “fashionista” o cazador del chupacabras-, se debe dedicar un capítulo completo a su experiencia en el campo de batalla como soldado en Vietnam… un asunto que va más allá pues,  élse atribuye múltiples muertes en la llamada matanza de My Lai.

Tal vez muchos  lo desconocen, pero en el historial de Chemo se destaca su paso por el servicio militar, experiencia que inició tras cumplir la mayoría de edad cuando ingresó a los Marines.

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Según cuenta, se unió al cuerpo “voluntariamente” porque siempre fue algo que le llamó la atención. 

Por eso, en una fecha como hoy, Día del Veterano, deja volar sus recuerdos para remontarse a aquella época en la que asegura vivió momentos intensos durante la guerra de Vietnam, un conflicto en el que, incluso, estuvo a punto de perder la vida.

En entrevista con Primera Hora, el recién retirado alcalde dijo que viajó con el ejército a la guerra en el 1965, aunque no recuerda muy bien la fecha y el año pudiera variar. 

Lo que sí tiene fresco en su memoria son los 13 meses que estuvo en el escenario bélico, donde asegura llegó a ocupar el puesto de sargento.

Esta “posición” privilegiada fue la que le permitió dar el comando en una ocasión de “liquidar” a decenas de vietnamitas de los que los estadounidenses se sentían amenazados.

“Yo soy uno de los chamaquitos que aparezco en el ataque de My Lai (una escandalosa operación militar en la que se acusó al Ejército de Estados Unidos de la  muerte de cientos de civiles vietnamitas)”, manifestó  Chemo, al relatar los hechos del sangriento evento.

“Ellos (soldados vietnamitas) habían castra'o a 12 soldados de nosotros… les cortaron los ‘güebos’. Entonces, yo le dije a un teniente que se llamaba Connery que le iba a meter fuego a las chozas. Yo tenía siete lanzallamas y con eso cogió fuego toda la aldea... mientras iban saliendo  (Tra, ta, ta, ta, ta, ta -imitando el sonido de la explosión) los iba liquidando”, dijo con cierto orgullo al aseverar que en ese episodio murieron decenas de soldados enemigos.

Aseguró, que en la escena sólo fallecieron hombres pues, antes de lanzar las mortales armas dejaron escapar a mujeres,  niñas y  niños.

Sin embargo, la historia cuenta que la realidad fue mucho más cruda pues, según trascendió luego en los Estados Unidos el ataque a My Lai fue uno insensible, en el que incluso se mencionó la posibilidad de violaciones a mujeres, niños y niñas.

Esa parte del ataque, Chemo no la conoció. Al menos, eso asegura.

“Lo recuerdo y no me da nervios ni nada. Eso fue un trabajo y se hizo lo que se tenía que hacer… Nosotros también perdimos unos cuantos (soldados), entre 60 y 80”,  expresó.

De hecho, dice que estuvo a punto de morir en una provincia de My Lai cuando un enemigo lo hirió de un disparo. 

“Me dieron aquí en la cintura (se levanta la camisa y enseña la cicatriz). Pero gracias a Dios no me afectó ningún nervio. El tiro fue con un rifle AR-15/223”, narró.

La travesía de Chemo en Vietnam, y su supuesta participación en los ataques a My Lai, tuvieron su efecto a su regreso a América cuando, manifiesta, tuvo que rendir declaración en el juicio contra las figuras de alto rango que se acusó de la masacre.

“Fui testigo del pueblo en el juicio que hubo después (contra varios tenientes, entre ellos William Calley, el único que fue condenado), pero no me cogieron declaración jurada cuando me entrevistaron. Cuando fui a juicio y me dijeron: ‘¿quién le dio orden a usted de meter lanzallamas a las chozas para quemar a los vietnamitas y matarlos cuando iban saliendo?’, yo dije: ‘yo mismo’. Ellos pensaban que era el teniente Connery, pero eso no fue así.. si yo decía que era él lo metían un chorro de tiempo preso”, señala el político que el próximo mes cumple 71 años. 

Y, ¿ahora qué?

Tras su retiro hace casi cinco meses como alcalde de Canóvanas, Chemo ha aprovechado el momento para invertir más tiempo con los más pequeños de sus nueve  hijos y formar parte de sus actividades cotidianas. 

Aunque no está metido “full” en la política, también ocupa algo de su día en referirle casos a Lornna Soto, su hija y sucesora en el municipio.  

“Enganchar los guantes, como se dice, eso es difícil. Soy Canóvanas y Canóvanas es Chemo. Por eso sigo ayudando como puedo porque la gente me sigue llamando para los servicios. Yo cojo la información y se la paso a Lornna…. Pero también estoy aprovechando el día para buscar a uno de mis nenes a la escuela y después lo llevo a las prácticas de baloncesto. Y con la nena chiquita es igual”, dice quien tiene ocho nietos y un bisnieto.

Los ejercicios siguen encabezando su agenda pues, asegura que continúa levantándose a las 4:00 de la madrugada a correr. Esa costumbre es lo que lo mantiene con vitalidad y lo hace sentir joven.

Entre sus entretenimientos favoritos, el dominó y  la pelea de gallos se mantienen como primeras opciones, particularmente lo segundo.  

Y es que Chemo no escatima a la hora de invertir en un gallo, como lo fue uno que llamó “ATH”, en referencia a todo el dinero que le generó. Por cierto, ATH terminó disecado como decoración en su oficina.

Pero lo que parece tenerlo bien entusiasmado ha sido su incursión a Facebook, red social en la que tiene más de 4,000 amigos.

“No me gusta chatear mucho ni na' de eso… pero ahí uno la pasa bien porque hay muchas doñitas que invitan a uno a salir  y esas cosas”, expresó.

Chemo, quien tiene fama de don Juan, reveló que se ha unido a varios grupos  que le han permitido conocer a varias amigas y compartir con ellas.

“Son clubes de mujeres. Hay de las de 40, de 50, de 60 y de 70 años. Yo me paso en los cuatro grupos. El sábado fui a una actividad bailable de las cuarentonas y cuando llegué rápido me presentaron y dijeron: 'aquí está el soltero más codiciado'”, relató bien guilla'o.