Tres ballenas picudas quedaron varadas ayer, jueves, en la playa de Crash Boat de Aguadilla, de las cuales uno tuvo que ser sacrificada para evitarle el sufrimiento, informó la secretaria del Departamento de Recursos Naturales y  Ambientales (DRNA), Carmen Guerrero.

Detalló que a eso de las 6:00 a.m. dos ballenas adultas y su cría fueron divisadas por pescadores cerca de la costa este. Dos horas después, el DRNA fue notificado de que las ballenas vararon en esa conocida playa de la región oeste.

La bióloga y coordinadora del Programa de Rescate de Mamíferos Marinos, Grisel Rodríguez, relató que una ballena adulta pudo salir del varamiento y regresó sola al mar; la segunda, una hembra adulta, fue devuelta al mar con la ayuda de las personas que se encontraban en la playa. No obstante, la cría, que tenía menos de un año, murió. 

La experta indicó que pese a que la ballena fue socorrida de acuerdo al protocolo de mamíferos marinos que tocan la orilla de la playa, se determinó que era preferible practicarle la eutanasia “para evitarle el sufrimiento”.

Según se detalló en comunicado de prensa, esta ballena fue atendida por miembros del Cuerpo de Vigilantes de la región de Aguadilla, quien la trasladó al zoológico doctor Juan A. Rivero, adscrito a la Compañía de Parques Nacionales. Allí el veterinario Luis Figueroa y la bióloga del DRNA atendieron el mamífero. Debido a la condición en la que se encontraba, la administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOOA, por sus siglas en inglés), que es la agencia a cargo de las decisiones en casos de varamiento de mamíferos marinos, determinó que sería sacrificada.

“La necropsia efectuada animal mostró que la cría todavía dependía de su madre para alimentarse, por lo que hubiera sido imposible rehabilitarla, ya que por la naturaleza de la especie y su composición corporal, al momento no existe manera de amamantarla artificialmente”, explicó Rodríguez.

“La cría varó varias veces y desconocemos la razón. De esta especie es muy poco lo que se conoce, ya que vive en las profundidades del mar y son muy pocas las probabilidades de que un mamífero marino bebé pueda sobrevivir sin su madre para que lo amamante. Esta especie exhibe un gran tamaño desde que nace, ésta en particular medía ocho pies, y el consumo de alimentos es en grandes cantidades”, añadió.

Por su parte, la secretaria del DRNA señaló que en nuestras costas no es común el varamiento de la especie picuda.

“En nuestras aguas es más común el avistamiento de ballenas piloto y otros cetáceos. De los cetáceos, el que más frecuentemente vara es el delfín, conocido como hocico de botella. Hace cuatro meses tres ballenas piloto vararon en Cabo Rojo, pero no es usual que esto ocurra”, reveló.

Guerrero dio instrucciones para que los vigilantes monitoreen la costa, desde Aguadilla hasta Añasco, para verificar que las ballenas adultas no vuelvan a varar.