La Cámara de Representantes otorgó hoy un donativo de $150 mil al Salvation Army para que continúe con su obra social dirigida la población de escasos recursos.

Según el presidente de la Cámara, Jaime Perelló, la oficina de ayuda al ciudadano realizó la aportación al reconocer el peritaje que tiene el Ejército de Salvación en asuntos de emergencias sociales. 

“Sus servicios van a toda la población sin distinción de persona, género, orientación sexual, edad, raza o credo y por eso decidimos firmar este acuerdo que de seguro redundará en grandes beneficios para nuestra población de escasos recursos que ameritan oportunidades reales para cambiar su situación”, expresó Perelló en comunicado de prensa.

Entretanto, el mayor Jorge L. Marzán, comandante divisional del Salvation Army en Puerto Rico, agradeció el apoyo del presidente de la Cámara por siempre ayudar en las causas sociales del País.

“Reiteramos nuestro compromiso de atender los referidos de la oficina que brinda servicios al ciudadano en la Casa de la Leyes, con el mayor de los cuidados, tal como lo hemos hecho siempre con miles de personas que hoy pueden dar testimonio de que con buena voluntad, recursos y apoyo se puede salir adelante", dijo Marzán.

"Además, continuaremos siendo vehículo transformador en la vida de niños y jóvenes que son el futuro de nuestra bella Isla y que también necesitan de programas que refuercen su educación, actividades recreativas y valores, convirtiéndoles en ciudadanos de bien”, agregó el comandante.

Por más de cinco décadas el Salvation Army le ha servido a la comunidad puertorriqueña a través de sus 11 centros alrededor de toda la Isla, brindando cerca de 200,000 servicios al año a familias con desventaja social, además de brindar atención inmediata en casos de emergencias y desastres.

Los centros se encuentran ubicados en San Juan, Caguas, Mayagüez, Ponce, Fajardo, Arecibo, Humacao, Loíza, Peñuelas, Arecibo y Guayama.  

Algunos de los servicios ofrecidos en los centros son: clases de música a niños y jóvenes, formación de carácter, programas de estudios supervisados, clases de computadora para personas de la tercera edad, rehabilitación para adictos, ayuda para pago de hipoteca, agua y luz a personas que hayan quedado desempleadas, así como, apoyo psicológico y clínico a víctimas de crímenes.