ARECIBO. Los comerciantes parecían estar satisfechos con las ventas generadas durante la mañana del denominado Viernes Negro, pero las calles del casco urbano contaban otra historia. 

A media mañana, el histórico Paseo de Diego en la Villa del Capitán Correa, lucía desolado. Pocas personas entraban a las tiendas y eran menos las que salían con bolsas de compras. En una que otra tienda, particularmente, aquellas dedicadas a la venta de ropa, parecía haber mayor movimiento de clientes.

“Es la primera vez que abrimos temprano para Black Friday y han venido bastantes clientes”, aseguró Zoraida Ayala Soto, gerente de la tienda Kress, donde en un momento dado hubo más de diez clientes haciendo fila para pagar por piezas de ropa que estaban marcadas con hasta un 50 por ciento de descuento del precio regular.

Otras tiendas, como Laser World, que se especializa en la venta de instrumentos y accesorios musicales, vieron una buena cantidad de clientes buscando especiales.

“El día ha estado bien concurrido, mejor que otros años”, sostuvo Efraín Candelario, presidente de la empresa, que en marzo pasado, celebró 25 años desde su establecimiento.

Candelario indicó que los artículos más vendidos fueron las bocinas amplificadas y las guitarras, que tenían un 70 por ciento de descuento.

“Esta semana las ventas han sido muy buenas, gracias a Dios. Hoy (ayer) se ha visto un poquito más de gente. Estamos tratando de tener buenas ofertas para atraer a la gente al centro urbano”, indicó, por su parte, Miguel Ramos, presidente de la Cámara de Desarrollo Económico y Empresarial de Arecibo.

A pesar de la perspectiva positiva de algunos de los comerciantes, otros reconocieron la dificultad de competir con los modernos centros comerciales, que reúnen populares tiendas que  poco a poco les han quitado la vida a los tradicionales mercados urbanos.

“Esto está malo, peor que el año pasado. Aquí no hay nadie. Es más, anteayer (el miércoles) habían más personas aquí que hoy mismo”, dijo un vendedor ambulante que prefirió no ser identificado. 

Asimismo, Jean Carlo Feliciano, propietario de la Tienda Americo, ubicada en la esquina de la calle Mariano Vidal, reconoció que los pequeños comerciantes no pueden competir con las grandes cadenas comerciales, por lo que deben encontrar la manera de reinventarse y diferenciarse de los poderosos competidores.

En su caso, su negocio cuenta con ambas distinciones, ya que es una tienda que se dedica a vender artículos típicos que, difícilmente, las personas puedan encontrar en algún otro lugar.

“En el casco del pueblo lo que es el Black Friday no es muy fuerte porque la gente se va al mall a buscar los especiales de enseres electrónicos y artículos así”, dijo.

“Pero yo no me puedo quejar porque por lo menos a mi negocio siempre viene la gente a comprar su caldero, sus ollas y otros artículos tradicionales que no se consiguen en otras tiendas. Ahora en navidades solemos tener nuestras mejores ventas”, apuntó.

Mientras tanto, los comercios en los centros urbanos de la zona este permanecían vacíos con apenas un pequeño grupo de personas husmeando las vitrinas en busca de especiales.

En el oriente de la Isla

 Desde Gurabo hasta Humacao, y de Fajardo a Canóvanas la historia era la misma, centros urbanos que parecían pueblos fantasmas mientras  los comerciantes rezaban por un milagro que les haga cambiar la mala fortuna que parece haberse ensañado contra el pequeño y mediano comerciante por las últimas tres o cuatro navidades.

Para Kiara Pérez, gerente de la tienda de accesorios para dama Kuriosa, ubicada frente a la Plaza de Recreo en Humacao, la mañana de ayer registró una leve alza en el comercio, pero no lo suficiente como para prever una temporada navideña exitosa.

“Nosotros no tuvimos venta del madrugador, abrimos a la hora de costumbre, a las 8:00 de la mañana. Tuvimos una venta especial, eso sí, y vimos movimiento. Un poquito más que lo que hubo el año pasado pero nada como para esperar que estas navidades sean mejores que las pasadas”, sostuvo Pérez.

Luis Ramos, empleado de la Joyería Plaza, en el centro urbano en Fajardo,  lamentó la falta de movimiento por allí.

“La gente se nos va a los centros comerciales. Hoy no abrimos más temprano que de costumbre, pero tuvimos varios especiales, pero no fue mucha la gente que vino”, indicó Ramos.

Asimismo, Emmanuel Santana, asistente de gerente en la zapatería La Gloria, en la calle Muñoz Rivera en Fajardo, no vio un cambio significativo en comparación con las ventas el Viernes Negro del año pasado.

“Tuvimos un buen especial... pero con todo y con eso no vino la gente que esperábamos. Fue lo mismo que el año pasado”, explicó Santana.