Lares - El Departamento de Salud ordenó el pasado 5 de octubre de 2017 la “suspensión de trabajos de enterramientos y exhumaciones de cadáveres” en el Cementerio Municipal de Lares, tras el grave estado en el que se encontraba.

“El hallazgo de fosas abiertas con acumulación de agua, permitiendo el crecimiento de insectos, los panteones abiertos dejando expuestos ataúdes, representa un riesgo inminente a la salud pública. Estos sumado al grave riesgo de seguridad debido a la inestabilidad del terreno y a ser propenso a nuevos derrumbes y/o deslizamientos siendo ambas las razones para ordenar dicho cierre”, afirma un informe emitido por Carlos Mercado Ruiz, de la secretaría auxiliar interino de Salud Ambiental.

El documento, copia del cual obtuvo Primera Hora, establece que para hacer la reubicación de cadáveres, el municipio debe hacer evaluaciones de peritos en el área de geológica e ingeniería, así como solicitar los permisos correspondientes. También establece que serían ubicados en unos nichos prefabricados que se costearán con dinero de la Agencia federal de Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés).

Pese a la decisión de Salud, el dueño de la funeraria López, Juan M. López Coloso, reveló que en el cementerio se continúan realizando entierros en unos nichos que quedan disponibles. Sin embargo, los mismos son para personas que tienen panteones ya comprados, no para nuevos clientes.

“A nosotros los comerciantes nos ha afectado grandemente. Ha habido una baja grandísima”, afirmó.

También dijo que los pocos entierros que se realizan son privados. Solo dejan entrar unas ocho a diez personas.

Varias personas que se allegaron hasta el Cementerio Municipal ayer contaron que los lareños han comenzado a realizar sus funerales y entierros en pueblos cercanos, como Arecibo, Hatillo y hasta Isabela.

“Los deseos de las personas que murió es quedarse en el pueblo en el que creció. Eso se acabó, los deseos de dónde uno se va a enterrar”, afirmó Raúl Figueroa, residente del barrio Callejones.

Se espera que los problemas que tiene el pueblo para enterrar a sus familiares se acaben cuando el municipio logre abrir su nuevo cementerio en el barrio Espino. El alcalde Roberto Pagán Centeno aceptó que todavía no tienen una fecha para esta apertura, aunque ya cuentan con el dinero para comprar los terrenos.