El militar puertorriqueño Iván López López, que el pasado día 2 mató a tres soldados e hirió a 16 antes de suicidarse en la base Fort Hood de Texas, fue enterrado hoy en el cementerio de Guyanilla.

Familiares y amigos habían acudido antes a la modesta iglesia católica de la Inmaculada Concepción que preside la plaza del pueblo para escuchar la misa por el alma del militar, un hombre nacido en este pueblo hace 34 años que acabó con la vida tres de sus compañeros por razones que todavía de investigan.

En la iglesia, un grupo de veteranos militares custodió el ataúd del joven, cuyo velorio y entierro no está recibiendo honores militares. Sin embargo, la familia ha contado con escolta militar desde que el cadáver llegó a la isla.

Al concluir la misa, el alcalde del pueblo leyó un mensaje de la familia por el que se reclamaba que el suceso sea investigado en profundidad y con imparcialidad.

Desde la iglesia se puso en marcha una comitiva para recorrer los cinco kilómetros que separan el centro del pueblo del cementerio, un camposanto cuya entrada presiden, a cada lado, dos líneas de pinos que conducen al lugar donde descansarán los restos del militar, un hombre querido en su pueblo, donde todavía se preguntan el por qué de lo ocurrido.

En el cementerio, un lugar retirado apenas visible desde la carretera, se vivieron escenas de dolor por este hijo Guayanilla al que los vecinos de la localidad definen como una buena persona, educada y de convicciones religiosas.

Los vecinos y allegados de López López en Guayanilla mostraron su dolor por el militar de 34 años, que a pesar de lo acontecido será recordado por su corrección durante los años en que vivió en su pueblo antes de hacer las maletas rumbo a EE.UU. para enrolarse en la Guardia Nacional y las Fuerzas Armadas.

El fallecido, que fue despedido sin honores militares, deja en Guyanilla a su padre y dos hijas de un primer matrimonio, además de la mujer con la que vivía en Estados Unidos, con la que fue padre otras dos veces.

Su madre, Carmen López falleció recientemente de un ataque al corazón, lo que se ha barajado como una posible razón de la conducta del militar al no haberle permitido sus superiores más que unas horas para despedirse de la mujer que le dio la vida.

Las experiencias vividas por López López, que en 2011 sirvió durante cuatro meses en la guerra de Irak, también se han apuntado como posibles motivos de su conducta.

Entre los fallecidos en el suceso se encuentra otro puertorriqueño, Carlos Lazaney Rodríguez, natural de Aguadilla y de 38 años de edad, que también fue enterrado hoy en el estado de Florida.