El primer nido de tinglar de la temporada 2018 se registró en  Playa Larga, Maunabo, informó este lunes la secretaria del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), la licenciada Tania Vázquez Rivera.

En declaraciones escritas, la titular precisó que la tortuga marina anidó en la playa que ubica dentro de la Reserva Natural Punta Tuna, en el citado municipio, unas de las áreas naturales protegidas que administra Recursos Naturales. Asimismo, detalló que el grupo tortuguero de la zona,  Amigos de las Tortugas Marinas (ATMAR), encontró el nido, lo documentó y lo marcó para la supervisión y protección que le darán los voluntarios de la organización.

“Una de nuestras áreas naturales es sede del primer nido documentado este año y para nosotros es de mucha alegría luego de pasar unos meses tan difíciles cuando los hábitats recibieron un  impacto directo provocado por los huracanes. Reiteramos nuestro compromiso y protección con las especies marinas y agradecemos el trabajo de los grupos tortugueros; su compromiso, entrega y gestiones hacen posible que estas tortugas marinas sigan viniendo a nuestras costas a anidar”, puntualizó la jefa del DRNA.

Mientras tanto, Carlos Diez, coordinar del Programa de Tortugas Marinas de Recursos Naturales, destacó que aunque la temporada de anidaje comienza a mediados de marzo, este año se adelantó, por lo que se espera una temporada más activa.

“Las playas las compartimos con las tortugas y para estas especies la playa no es un área de recreación, sino de supervivencia para poner sus huevos. A veces ponen los huevos debajo de la arena y no nos percatamos que están ahí, por lo que debemos ser cuidadosos y conservar las playas limpias. Es importante que los bañistas respeten las áreas marcadas por los grupos tortugueros y reportar cualquier nido a Recursos Naturales”, subrayó el especialista.

“El hecho de que se vea a una tortuga salir a la orilla a poner huevos, es un proceso natural, y si las personas lo ven, deben dejarla tranquila. La recomendación es que ella continúe el proceso sin la intervención de alguien, a menos que haya una amenaza directa, como puede ser un perro o, incluso, un humano”, agregó Diez, quien recordó que la especie está protegida por leyes estatales y federales.

La temporada del año pasado, según cifras de Recursos Naturales, cerró con 1,150 nidos, lo que representó una reducción al compararse con la de 2016, cuando se registraron 1,895.