El desalojo de familias continuará en el área de Isabela luego de que el gobernador Ricardo Rosselló constatara que el daño de la represa del lago Guajataca es “severo y significativo”. 

Aunque el peligro es inminente, no se precisó cuánto tiempo más pudiese aguantar la represa que tiene una rotura de 24 pulgadas. 

“No sabemos cuánto tiempo más va a aguantar porque ya la integridad de la estructura ha sido comprometida de manera significativa”, dijo el primer ejecutivo.

Rosselló sobrevoló ayer la represa con parte de su gabinete y con el director en Puerto Rico y el Caribe de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (Fema, por sus siglas en inglés), Alejandro de la Campa. 

“Hoy (ayer) sobrevolamos la represa y hay unos daños severos y significativos. Todavía corren peligro y, por lo tanto, estamos recomendando continuar el proceso de desalojo en estas áreas de peligro”, afirmó el gobernador. 

Destacó que no había comunicación con los residentes de Isabela por lo que al llegar el viernes a este pueblo costero del norte “muchas de las personas no sabían de lo que estaba ocurriendo”.

Igualmente, Rosselló dijo que el recorrido aéreo le permitió no solo constatar el daño a la represa sino la devastación que dejó el huracán María por esa área norte. 

“Hemos podido ver devastación, deslizamientos, inundaciones, casa destrozadas en su totalidad, estructuras de la Autoridad de Energía Eléctrica que colapsaron en su totalidad y que requieren que podamos tener una estrategia a mediano y largo plazo para poder reconstruir esto no es algo que se resuelve rápido”, aseveró el primer mandatario.  

Al cierre de esta edición no fue posible establecer comunicación con el alcalde de Isabela, Carlos Delgado Altieri, quien estaba a cargo del desalojo. Rosselló dijo que al alcalde se le proveyó un teléfono satelital. El subdirector regional de Manejo de Emergencias de Aguadilla, Juan Ríos, había dicho que desalojaron 200 familias que fueron llevadas a las escuelas Francisco Mendoza y Carmen González, ambas en Isabela. 

De la Campa, por su parte, afirmó que las paredes de la represa mostraban la rotura lateral. 

“Eso es por donde baja (el agua). Esto (la represa) no tiene forma de abrirse porque es una represa de tierra, es natural”, dijo el funcionario federal.