Salinas. Esther Rodríguez tuvo que ser sacada de emergencia de su vivienda en el barrio Playa ante la segunda inundación en menos de un mes que le ha dejado la casa cubierta de agua y fango.

La incesante lluvia registrada este lunes en la isla por el paso de una onda tropical provocó que se anegaran las comunidades Playa, Playita y Godreau. Un tramo de la carretera PR-1 tuvo que ser cerrado.

Rodríguez, que durante el huracán María se refugió con un pariente en Cayey, tuvo esta vez que recurrir a la escuela refugio Carlos Colón Burgos para guarecerse. Un comerciante del área la socorrió junto a su hermano.

“Dicen que el río se salió. Yo sé que de momento empezó a subir el agua y me llegó al muslo. Mi comadre fue al restaurante La Barkita para que llamaran a la Policía, porque el agua estaba subiendo y teníamos miedo, pero el dueño, que tiene una guagua grande, me dijo que me traía al refugio con mi hermano”, relató ayer la mayagüezana de 75 años de edad.

Ya la cena se había repartido en el albergue cuando el par de hermanos llegó, por lo que el buen samaritano les compró comida.

“Ese señor se portó de maravilla. Le doy mil gracias”, afirmó.

La inundación fue tal que todavía ayer en la tarde había varios pies acumulados en las calles de estas comunidades costeras.

“Hoy (martes) traté de pasar con una muchacha que me dio pon, pero no pude. Es la segunda vez que se me inunda la casa. Ya yo había pagado para que me limpiaran el fango, la piedra y todo el sucio que entró con el paso del huracán, la casa estaba habitable y había botado lo que tenía que botar. Ahora tengo que ir a limpiar el fango otra vez”, lamentó Rodríguez.

Otra refugiada cuya casa resultó afectada por esta inundación fue Ramona Tolentino, de 55 años.

El ciclón le llevó el techo a su casa ubicada en el sector Las Marías en Caño Verde, por lo que perdió todas sus pertenencias. Con cada lluvia que ha habido este mes se ha mojado, pero este lunes se volvió a inundar de manera significativa.

“Ayer (lunes) yo estaba allí cuando el agua empezó a subir y me llegó arriba de la rodilla. Fui al cuartel de la Policía estatal y los policías me dijeron que no podían transferirme al refugio porque las patrullas no pueden pasar por sitios así de inundados. Empecé a caminar hasta que un vecino se detuvo y me trajo al refugio, a pesar de que estaba toda llena de agua”, contó Tolentino.

A la mujer le preocupaba cuándo podría tener paso hasta su vivienda, pues mantiene allí a cinco perros rescatados. Dijo que al principio el refugio recibía mascotas, pero que ya no.

Este refugio es operado por la empresa privada MJ Consulting, que administra los residenciales públicos de Salinas.