Sherly Ann Goire Ávila, la joven que quedó cuadripléjica a causa de un incidente de violencia de género, regresó ayer a su hogar en el barrio Guaraguao en Guaynabo donde sus padres lograron convertir, como si fuera un “milagro”, una marquesina en un pequeño apartamento acondicionado para continuar su proceso de rehabilitación.

“La casa está ready”, comentó a Primera Hora Orlando Goire Pedrosa, padre de la joven de 27 años de edad. 

 Simultáneamente a esta etapa de rehabilitación ambulatoria, hoy continúa el proceso judicial de este caso en el Tribunal de Bayamón donde se celebrará la primera vista preliminar contra su entonces pareja, Alberto García Merced, por violación al Artículo 109 del Código Penal, por agresión agravada, y por violación al Artículo 3.2 de la Ley 54 de Violencia Doméstica por los hechos ocurridos el 4 de junio pasado, cuando una discusión de pareja provocó el actual desenlace en su salud. 

El traslado a su hogar ocurre tras más de 40 días en el Hospital Universitario y en el Health South Rehabilitation Hospital de San Juan.

 Ahora, Goire Ávila iniciará terapias física, del habla y ocupacionales en su hogar, algunas cubiertas por la reforma de salud y otras privadas, estas últimas serían adicionales porque quieren aprovechar al máximo el periodo de un año, que se ha determinado es fundamental para lograr la mayor movilidad posible. “Lo que recupere en un año va a ser todo”, ha sido el diagnóstico médico, dijo Goire Pedrosa. Pero, agregó, “tenemos un Dios grande que creemos que en su momento Dios va a hacer un milagro”. 

La joven no tiene movilidad en las piernas; en el brazo derecho tiene “bastante movimiento” y en el izquierdo “algo limitado”.

Según Goire Pedrosa, las terapias se están tramitando con la Administración de Rehabilitación Vocacional y Ser de Puerto Rico. Además, la familia está enfocada ahora en conseguir una silla motorizada y un vehículo para transportarla a las citas. Sobre el ánimo de su hija, Goire Pedrosa comentó que “está en buen estado de ánimo”, aunque hay días en que se “deprime”.

Para este hombre, el proceso que experimentan es uno “largo, completamente nuevo para nosotros; algo bien difícil... Lo que estamos atravesando no sé ni cómo explicarlo... Una persona que se valía de todo por sí misma, ahora hay que hacérselo todo, se desespera uno, pero gracias a Dios está viva y con nosotros y va a salir de esto, con la confianza puesta en Dios”, comentó el padre.